martes, 6 de septiembre de 2016

RESPETO


     Una persona estaba desesperada porque veía que no se respetaba en absoluto. Preguntó y acudió en busca de ayuda a personas y centros, sin mejorar en su actitud hacia sí mismo.
     Un amigo le aconsejó ir a un Maestro que vivía en la montaña, retirado del bullicio y el ruido.
     Al llegar, se postró tres veces, se acercó y se presentó al Maestro. Le explicó que no se respetaba en absoluto, que se autocriticaba, que no podía aceptar su compañía, que se sentía inferior a todos los demás, que veía mal cuanto hacía, sentía o pensaba, no teniendo autoestima en absoluto.
     El Maestro se levantó, se postró ante él, diciendo: “En toda mi vida, no había conocido a nadie que se respetase tan profundamente”.


No hay comentarios:

Publicar un comentario