domingo, 17 de enero de 2021

MURIENDO EN LA ORILLA

           Si miramos detenidamente en nuestras vidas, no la que estamos viviendo, sino las que hemos vivido, encontraríamos nuestro cuerpo en la playa, apenas bañado por las olas que besan la arena.

          Nos saludábamos con: “Hola hermano”, “Que Dios sea contigo”, “Namaste”, buscadores de una Humanidad que manifestase lo que somos.

          Tantos Conceptos que llegarían a un nuevo ahora, que construiríamos y crearíamos. Que la inmensidad del Océano, nos asustó.

          Nuestro cuerpo permanece inmóvil en la orilla, en la playa, temiendo el oleaje, la inmensidad de las aguas que no vemos su final.

          Olvidando que no hay agua, si no es sustentada por la tierra, que no habría océano si no estuviese contenida su agua por la tierra.

          Somos los que viven en ese cuerpo, pequeño y frágil que sustenta, que protege, que contiene la Inmensidad.

          Somos los que tenemos que dar vida a esa Inmensidad, que no puede vivir si nos quedamos en la orilla.



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