jueves, 18 de marzo de 2021

LA NATURALEZA DE DIOS

           Durante muchos años he argumentado acerca de la Naturaleza de Dios.

          A veces con personas religiosas, de diferentes religiones.

          El que las explicaciones y atributos, así como las características e idiosincrasia del Dios de cada creencia, me parecen naturales, incluso lógicas.

          Incluso acepto el que haya personas que niegan la existencia de Dios, cuando no sienten o piensa que Dios pueda vivir en ellos.

          Pero mis dudas, la imposibilidad de aceptar a ninguno de los Dioses de los que me han hablado, ha sido el hecho de que no aceptan al mío, que le ven como diferente, distinto y un competidor por ser el Verdadero.

          No creo que haya más Dios que Dios, siendo uno y el mismo, independientemente del nombre y de cómo lo definamos.

          Cuando me han llamado niño, hombre, viejo; alumno, maestro, ignorante, sabio, bueno o malo, lo único que he tenido claro, es que es la opinión y el cómo me ven las personas que me llaman por esos nombres, que yo no necesito saber quién soy, porque me limito a manifestar ese yo que unas veces me sirve para separarme de ellos o para sentir que somos una misma Vida.

          No tengo más yo, que ese que cada uno piensa que es una cosa diferente, que le llaman según el momento y lo que perciben de lo que hago o he dejado de hacer, y si les conviene o les perjudica.

          Un yo que desconozco, aparte del reflejo que veo a veces en el espejo y que me parece que es lo que soy.

          Me gustaría un día, poder ver mi cara original, mi verdadero yo, conocerle, incluso en la seguridad de que nunca lo lograré, a veces sentado en el suelo del bosque, en la playa, en la penumbra de una habitación, sueño que lo estoy haciendo.

          Y regresando al tema principal acerca de la Naturaleza de Dios, no diré nada, pues el hambre me ha recordado que tengo que desayunar.



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