domingo, 28 de noviembre de 2021

DI-OSITO

       Publica María Trinidad esta mañana en Facebook, la frase que hay en la imagen.

      Me recuerda ese respeto y ese miedo que se le tiene a Dios por la Grandeza y Poder que presuponemos tiene. Podemos recordar, los castigos y premios, que la Biblia nos relata, que le fueron concedidos a los que le respetaban, a los que le obedecían, a los que adoraban a otros dioses, le desobedecían o no respetaban.

      No he leído la Biblia, mis conocimientos son de frases, trozos leídos o escuchados, y argumentaciones con personas que sí la han leído y siguen sus enseñanzas.

      Pero no es el Dios que he encontrado desde mi niñez, cuando he sido católico practicante, de Acción Católica o monje Zen: Ese amigo al que le pides lo que deseas para ti o para los demás.

      Ese Dios, que nos recuerda que: “El Reino de los Cielos es de los niños”, sin tener que recordarnos que niño no se es por la edad, sino por el amor incondicional e inocente que se manifiesta.

      Ese Dios que dice que: “Hay que olvidar el ojo por ojo, que hay que amarle, que nos tenemos que amar sobre todo”.

      ¿Cuántos niños?, no pueden dormir, no pueden salir, jugar o ir a un sitio sin su juguete favorito.

      Todo el día abrazado a él, sin permitir que pueda caer en algún peligro.

      Pero el niño no suele decir “mi”, sólo dice: “Osito”.

      Es por ello que cuando respetamos, cuando tememos algo, al pedir protección decimos: mi Gobierno, mi Justicia, mi Dios o en último caso el de los demás o algunos.

      Pero al niño que encuentra al amigo, dándole vida con su cariño, con su amor, sólo dice: “Osito”.

      Es precisamente ese Dios el que no tiene Poder, ni Grandiosidad, sólo Es Amor, como el del niño, entrega a lo amado, al que yo he tratado siempre de conocer, de darle vida en mí.

      Incluso ahora cuando los años comienzan a pesarle al cuerpo, todavía me gustaría oír al Padre decirme: “DÍ OSITO”.



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