sábado, 19 de noviembre de 2022

SIN CONOCER LA FELICIDAD

           Alguien me preguntaba el otro día si soy feliz, respondí que no lo sabía. Mi respuesta le supuso tener que preguntarme de nuevo, pues al parecer no podía entenderlo.

          Dudaba de mi sinceridad, creyendo imposible que alguien no sepa si es feliz o no.

          Algunas veces yo me pregunto a mí mismo, si los peces saben que viven mojados, que la humedad del ambiente los podría llevar a tener reuma en su vejez. Obviamente no se lo he preguntado, ni me sorprendería que no supiesen que estaban mojados.

          Otras me pregunto, si el centro de Sol, su núcleo estará frio o caliente. Porque sería curioso que lo más caliente que tenemos cerca, aquello que nos da el calor necesario para vivir y poder comer lo que ayuda a crecer con su luz y calor, tuviese un corazón frio.

          Porque qué curioso sería, que su centro, su núcleo estuviese mucho más caliente que el exterior, y que su frio, su Yin, lo sintiese en el exterior.

          Hay tantos años de mi vida, en los que ocupado en vivir, no he tenido tiempo de preguntarme si soy feliz, que quizás he olvidado si lo soy o no.

          No recuerdo haberme preguntado en algún momento de mi vida, qué sería necesario que ocurriese o tuviese para ser feliz. He llorado, reído, sufrido o alegrado por diferentes momentos en los que estaba viviendo, pero pocas veces deseé algo para sentirme feliz.

          No sé si debo sentirme triste por haber llegado a esta edad, sin saber si soy feliz. O tal vez sentirme contento y alegre, por no decir feliz, de mi ignorancia que me ha permitido vivir sin saberlo.



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