domingo, 19 de noviembre de 2023

EL NOMBRE DE DIOS

       Es mareante la cantidad de nombres con los que Le hemos llamado. Es de suponer que debería tener problemas, para ponerse la cara y la apariencia, del nombre del dios por el que le llamamos.

      Obviamente, Dios siempre responde a cualquier nombre, o incluso al silencio.

      No importa la cara que le pongamos, siempre es la Suya.

      Porque obviamente, cuando alguien responde por todos los nombres y todos los silencios, y su cara es, cualquiera de las Infinitas formas, incluso las Infinitas nadas.

      Es un fallo nuestro el reconocerle por un solo nombre, por una sola cara. Incluso si lo aumentamos a millones, seguiríamos estando a la misma distancia de poder llamarle realmente.

      A veces me pregunto, ¿Por qué no veo su cara al mirarme al espejo?, al mirar cualquier cosa, incluso siendo ciego.

      ¿Por qué, no escucho su nombre en el susurrar del viento?, en la tormenta, o el silencio del cielo, el titilar de las estrellas, incluso en la sordera o en el silencio.

      Buscamos un nombre, a lo que estamos siendo.



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