Nuestra presunción de ser una sociedad:
demócrata, justa, de igualdad y compuesta de seres humanos, es algo que choca
frontalmente con lo que obligamos a hacer a la Justicia, para demostrar si
hemos hecho algo, dándonos el resultado justo a nuestra acción.
En el Amor, obviamente no hay
necesidad de que nos den algo, simplemente hacemos lo que creemos correcto,
dentro del respeto por nosotros y el resto de individualidades que componen el
Universo que es nuestra Individualidad última.
Cuando somos abusados, violados,
robados o somos víctimas del poder o de la carencia de humanidad de alguien,
tenemos que demostrar más allá de cualquier duda, que esa persona ha realizado
o cometido el hecho que le atribuimos.
Algo que demuestra, que lo que nos une
es la desconfianza en la honradez y sinceridad de los demás.
Considerando, que es la Justicia la
que tiene que demostrar que los hechos han sido cometidos por esa o esas
personas. Lo que nos recuerda que existimos en la carencia de responsabilidad.
Obviamente la Justicia puede
investigar, encontrar pruebas o indicios, que señalen a que realmente hemos
cometido los hechos que se nos atribuyen.
Cuando lo que realmente sucedería en
una sociedad compuesta por seres humanos, es que el más indicado para saber lo
que ha hecho, seríamos nosotros mismos.
Nadie debería señalarnos o culparnos
por los hechos que hemos cometido, solamente sería necesario que nos explicasen
que estábamos equivocados, para que nos disculpásemos, reconociendo ser los
responsables de cometer dichos hechos.
Es lo que realmente debería llamarse
Justicia, no que alguien a quien todos los indicios señalan como culpable:
destruya las pruebas, gaste el tiempo y el dinero de los contribuyentes y el
suyo, tratando de que los demás, no puedan demostrar que es quien ha cometido
los hechos que se le atribuyen.
Es algo que muestra inequívocamente,
lo lejos de la Dignidad en la que nuestra sociedad coexiste, no por culpa de
ella, sino por nuestra aportación y falta de responsabilidad, en manifestar lo
que decimos y pensamos que somos.
No, no somos seres humanos, tampoco
tenemos dignidad, no somos responsables, si es la Justicia o cualquier otra persona
la que tiene que demostrar que somos los que hemos cometido los hechos, que
nosotros sabemos con total seguridad que hemos realizado.
No es inocencia lo que nos lleva a
intentar engañar, no somos inocentes si somos declarados como tales, porque
nosotros sí conocemos la verdad de lo que hemos hecho.
Pero para evitar y solucionar este
tipo de sociedad, no hacen falta leyes o jueces, sólo que tengamos Dignidad
como seres humanos.