jueves, 18 de enero de 2024

CONVIVENCIA

          Un aprendizaje de miles de años, tratando de encontrar el equilibrio entre el ego protector y la necesidad de unirnos, en una sola Humanidad.

          Pequeños grupos nómadas, que se cruzaban en la distancia, con desconfianza los unos de los otros y que a veces se unieron y comenzaron a convivir. Otras al pasar cerca de asentamientos, comenzar una batalla o una convivencia.

          Rodeados de animales, hubo que encontrar con los que convivir con los que lo importante era la protección del ego.

          Han pasado los siglos, los milenios y todavía estamos pensando en cómo convivir. Principalmente, entre familias, en los pueblos, entre naciones y en esta bolita perdida en el espacio.

          No hemos podido superar la desconfianza, al ser el ego el que dirige la convivencia, que conservamos, simplemente para poder aprovecharnos más y mejor de los demás.

          El cambio climático y el daño que le hemos hecho con nuestra forma de entender la convivencia a la Tierra, nos ha obligado a preguntarnos si el resultado de la sociedad y la Tierra que tenemos, no será el peso excesivo de nuestro ego.

          Lo Natural, es convivir. Somos partes de algo más grande que nuestros cuerpos, que nuestras emociones, que nuestra mente o nuestra alma individual.

          Algo que conlleva que cualquier desequilibrio o falta de responsabilidad en una sola parte, afecte al resto de lo que Seamos.

          Hablamos y leemos de un Universo, de Una Vida, pero vivimos tratando de ser partes individuales y separadas del cuerpo, la mente y el alma de estos cuerpos, mentes y almas, que consideramos Una.

          A diario, experimentamos y conocemos, el resultado de esta convivencia, vemos cómo enfermamos, porque no aceptamos a convivir en paz con un virus microscópico, una bacteria viajera, o un pequeño golpe en la rodilla u otra parte del cuerpo. Nos asfixiamos si no aceptamos que el aíre viaje por nuestro espacio interior, y se nos seca la piel, si no dejamos que viaje por nuestro espacio exterior.

          La Convivencia, no es con una parte de la Tierra, o del Universo o de la Vida. La Convivencia es con la totalidad de la otra mitad: Yo y lo demás. Misteriosamente, el equilibrio del Yin y el Yang, de esas dos mitades de cualquier individualidad, traspasa la razón: Yo soy la mitad del Universo, yo soy la mitad de la Vida.

          Por lo que mi aprendizaje de convivencia, es para poder vivir en paz y armonía con mi otra mitad. En el viaje, hemos necesitado para poder aprender, la ayuda inestimable del ego, ese que analiza y crea las defensas de nuestro pequeño yo.

          Usado correctamente, nos será útil, mientras sea necesario para que nos acerquemos a la meta, convivir con cuidado para encontrar la Convivencia de las dos mitades de nuestro Ser.



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