No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

miércoles, 13 de agosto de 2025

VIRGINIDAD

           Ayer en el autobús, me decía una señorita de unos 10 0 12 años, que por qué no escribía sobre la virginidad. Me extrañó la petición de alguien tan joven, pero creo que aunque no lo lea, se merece una respuesta, pues pocas personas se preguntan a sí mismas acerca de este tema, que parece obsoleto.

          A pesar de lo que dice el diccionario, que se refiere a la virginidad como estado de no haber tenido relaciones sexuales, la virginidad de algo es mucho más amplia, al menos mirado desde lo que la Vida establece como estado virginal.

          Tenemos el bosque o el entorno virgen, una tribu virgen, un monte virgen y así podríamos seguir definiendo diferentes estados y conceptos del significado de la palabra virginidad.

          Universalmente y dentro de la Vida, mirando desde el Uno, todo en su estado actual es completamente virgen, pues no puede ser otra cosa o cambiar en el Ahora. Es el único momento en el que algo existe, por tanto es inmaculado al no poder transformarse o ser otra cosa aparte de lo que es.

          Un árbol talado, puede ser leña, madera o una construcción de algo. En su estado de árbol es virgen, así como lo es en su estado de leña o de mesa o edificación. No importa en qué transformemos algo, en su ahora, solamente puede ser lo que está siendo y por tanto mostrando su Naturaleza de Virginidad.

          Quien hace algo una vez, es virgen de haberlo hecho dos veces.

          El caso que más conocemos es el de la Virgen María, pero anteriormente había diosas que habían dado a luz, que eran vírgenes.

          Y es que la virginidad no se pierde físicamente, sólo mostrando lo que no somos, podemos no aceptar nuestra virginidad y sin embargo no podemos perderla.

          La virginidad como humanos, la hemos desechado hace milenios, viviendo en el deseo de conseguir lo que no tenemos ahora, abusando y violando la voluntad de aquellos que son más débiles, tratando de privarles de su libertad.

          Es nuestra mayor equivocación, la libertad está en nuestra Naturaleza, no nos puede ser arrebatada. De la misma manera la Virginidad es también nuestra Naturaleza, y no podemos renunciar a ella o sernos arrebatada, por quien considera que somos extraños en su universo, que está él y el resto del Universo es su enemigo, ni tan siquiera por nosotros mismos al no respetarnos.

          Ser y manifestar lo que somos, como individualidades de un mismo Universo, en el que decimos que somos la parte humana y pensante, es donde está nuestra Virginidad como Uno, siendo en cada momento, en cada ahora, simplemente lo que somos: En ser humano, que es parte de un solo y único Universo.

          Podríamos decir que la virginidad está en amarnos tal como somos, aceptando que todos somos diferentes, y sin embargo, respetar lo que somos, que es entendido como que no carecemos de nada para ser lo que estamos siendo.

          Básicamente, el respeto nace y es manifestado por el Amor, en el que su entrega permite que todo conserve su estado virginal, incluido lo que somos en cada ahora.



ENCONTRAR LA FELICIDAD

          En los años que he practicado la reflexología, le he preguntado a muchas personas por lo que más deseaban, la respuesta más recurrente ha sido: “Encontrar la felicidad”. Junto con salud y dinero, es lo más buscado y deseado por personas, que sus cuerpos o mentes parece que se han desequilibrado y han encontrado problemas de salud o insatisfacción consigo mismos o sus vidas.

           Solamente unos pocos me han preguntado, ante mis respuestas, si yo no he deseado nunca ser feliz. Se suelen sorprender ante mi respuesta de que: “Yo nunca he deseado ser feliz”.

          Nuestro vivir está dedicado a conseguir aquello que deseamos y no tenemos, en lugar de disfrutar de la felicidad de lo que tenemos, lo que nos lleva a renunciar a la felicidad para poder buscarla y desearla.

          Parece absurdo, que no seamos conscientes de que todo cuanto deseemos, estamos obligados a vivir sin ello. Nuestra idea es que si nos esforzamos o somos afortunados podremos conseguir nuestro deseo, para poder desear otra cosa que nos impedirá ser felices.

          Nadie puede ser algo diferente a lo que es ahora, nadie puede tener lo que no tiene ahora, nadie puede perder lo que tiene ahora. Es el único momento de nuestras vidas en el que podemos estar seguros, si no entrase el deseo.

          El deseo es insatisfacción de lo que somos, tenemos o hay en nuestras vidas. Desear ser algo que seremos, tendremos o existirá en otro ahora, es olvidar que nuestra felicidad no es con el Universo o la Vida, sino con aquello que somos y manifestamos.

          La felicidad que existe en nuestras vidas no es la que nos dan, que obviamente pertenece a lo demás, toda la felicidad de nuestra vida está en la que damos. En el mundo hay mucho dinero, mucho amor, pero en nuestra vida sólo tenemos el que podemos dar.

          Es por ello que mi respuesta a quienes me preguntaron, sólo podía ser la que di: “Nunca he deseado ser feliz”, ni tan siquiera en mis malos momentos, pues tenía la oportunidad de vivirlos, de aprender, de existir en ellos. ¿Por qué desear ser feliz?, si podía serlo.

          Es nuestra aceptación y manifestación de lo que somos de forma correcta, la que nos permite ser felices, nuestra vida y sociedad es como la hemos creado, buscando la paz, la felicidad y la humanidad, junto con la satisfacción de nuestros deseos.

          Pero sólo siendo lo que somos ahora, aceptándolo y manifestándolo correctamente, podemos ser felices. La Felicidad nos lleva al Amor y aceptación de lo que somos y hemos creado entre todos, nuestra manifestación de ser felices impediría los conflictos con todo lo demás, al aceptar lo que son.

          Aceptar no es aguantar, respetar no es no hacer nada ante quien olvida su humanidad, pero sin odio o rencor, sólo encontrando la Justicia en la convivencia, que es que la Vida nos da lo que nos hemos ganado y no nos quita aquello que nos merecemos y tenemos.

          Ser felices no puede ser un deseo, sino aquello que tenemos para dar.