“Toda causa tiene su efecto; todo
efecto tiene su causa; todo sucede de acuerdo a la Ley; la suerte no es más que
el nombre que se le da a una ley no conocida; hay muchos planos de causalidad,
pero nada escapa a la Ley”.
Independientemente de que se conozcan
los principios o no, esta es una de las leyes más conocidas de los principios
herméticos. Enseña que todo efecto tiene su causa, y toda causa su
efecto. Afirma que nada ocurre casualmente y que todo ocurre conforme a la Ley.
Nosotros en ella observamos siempre,
el aspecto de que cuando tienes o eres algo, es por lo que has hecho anteriormente,
que sería la causa. Esto no has llevado a la casi obsesión, por ver los
resultados de lo que estamos haciendo y olvidarnos vivir el único momento en
los que realmente somos lo que somos, “Ahora,
Aquí”.
¿Qué somos en ese momento? Todos los principios están, se
manifiestan y son percibidos en una dualidad aparentemente permanente, en el
que el único que está también aparentemente excluido de todas las leyes es el
Todo. El Todo más que estar excluido, Es las Leyes, los demás se manifiestan de
acuerdo a esas Leyes con las peculiaridades del Uno. El Uno, no puede ser
causado por el Todo, puesto que por su Naturaleza, no puede tener deseo o
voluntad de crear, con lo cual sería el Efecto Original y primera Causa del
resto de los universos, que a su vez serían, efecto de los siguientes.
Lo que es particular de esta Ley
es, que si miramos detenidamente, todo va a ser algo, como consecuencia de lo
que está sucediendo, y lo que está sucediendo es a su vez, consecuencia de lo
que ha sucedido anteriormente. Esto todos lo sabemos, es por ello que lo que
somos es, lo que hay entre una causa y un efecto, entre el pasado y el futuro,
en un “Aquí y Ahora”.
Es erróneo pensar, que nosotros,
el universo que somos, los universos en los que formamos parte, son el efecto
de algo solamente. En realidad somos la propia Ley, causa y efecto, pero en el
aquí y ahora, representamos el pensamiento creador de los mundos duales, lo que
hemos sido, ha creado lo que somos y lo que somos, creará lo que seremos, en
donde lo más importante es ese “somos” (Dios, el Todo es el Ser), que es
nuestra realidad, en un tiempo en el que hemos dejado de ser efecto y todavía
no somos causa, esa es la realidad de lo que somos, “Aquí y ahora”.
Para casi todos los que se manifiestan hermetistas o buscadores de la
verdad, todas estas Leyes sirven para dominar, controlar o alcanzar objetivos más
elevados en su opinión, mirando solamente su aspecto de dualidad. Este es el
principal motivo por el que permanecemos aferrados a los mundos duales de: una frecuencia
vibracional u otra, de una mente más o menos dual, en una posición más o menos
alta, más o menos positiva, o que creemos que controlamos la causa o el efecto por
ser los que dirigimos en lugar de ser dirigidos.
El número de universos, incluso
en nosotros es infinito; el número de universos que forman un átomo es infinito.
Todos somos efecto del resto de universos por encima y por debajo del nuestro,
y todos somos la causa de todos los universos por encima y por debajo del
nuestro. Es por ello que el único que tiene una existencia real, por no estar
creado o ser creador, es el Todo, incluso el Uno Causa Original de todos los Universos,
se diluirá en su Ser Todo.
Los maestros obedecen, la Ley de
causación de los planos superiores y creen regir en su propio plano, tratando
de ser los dirigentes, los que controlan los efectos. El Maestro, acepta las
Leyes hasta ser uno con Ellas, para no vivir controlando, ni controlado, e integrándose
en el Uno, antesala de la disolución en el Todo.
Es por las enseñanzas de los
maestros, y nuestra comodidad de seguir solamente la letra de las enseñanzas,
por lo que todavía nuestro objetivo en la vida es el de: conseguir lo que
deseamos, destruir o eliminar lo que no nos gusta, hacer las cosas por las
recompensas que queremos obtener, determinar cómo queremos ser recompensados,
corrigiendo y arreglando todo lo que la Vida, Dios, el Todo, el Creador, han
hecho mal. Esta es la dualidad de que el amor, solamente crea amor, el odio,
odio, con lo que lo primero que estamos es ignorando las Leyes, todas ellas,
que nos dicen que Todo existe y se
manifiesta en la Dualidad que expresa al Uno.
El Todo no puede manifestarse en la negatividad, por su Naturaleza de
Ser Amor, pero en los mundos duales es imprescindible su opuesto aún siendo lo
mismo, por lo que tenemos que amar hasta ser Amor, Todo, para poder salir de la
dualidad.
Una de las razones para la enseñanza
de Jesús, fue la de erradicar la ley que era usada en la antigüedad por el
entendimiento de las Leyes, “Ojo por ojo, diente por diente”, bien por bien,
mal por mal. La Vida solamente manifiesta el Bien del Amor, es nuestro uso y
nuestra intencionalidad las que crean el mal.
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