No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

Si tenéis que pagar para entrar en la página, no es la original. Como digo a la derecha es Gratuita y sin publicidad.
Yui Shin

lunes, 29 de noviembre de 2021

PEDID Y SE OS DARÁ

 


      Le pedí a Dios que me amase, dándome una espada, sentí que no me comprendía, que me había armado.

      Un día corté mi ira, mis deseos, mi discriminación, mi insatisfacción, sin llegar a entender por qué, comencé a sentirme amado.

      Le pedí a Dios que me diese Felicidad, durante años viví alegremente, satisfecho, sin saber qué hacer con la Felicidad.

      Le pedí a Dios ayuda, y me dio soledad. Clamé por ayuda, y me dio compañía de multitudes, a los que poder ayudar.

      Cuantas veces he pedido, creyéndome abandonado, no tuve más remedio que aprender a amarme, amando a los demás.

      Hoy Dios me ha pedido, que por favor le deje encontrar cobijo, en un corazón, que ha aprendido a amar.

 


 

 

 

                                                  

domingo, 28 de noviembre de 2021

DI-OSITO

       Publica María Trinidad esta mañana en Facebook, la frase que hay en la imagen.

      Me recuerda ese respeto y ese miedo que se le tiene a Dios por la Grandeza y Poder que presuponemos tiene. Podemos recordar, los castigos y premios, que la Biblia nos relata, que le fueron concedidos a los que le respetaban, a los que le obedecían, a los que adoraban a otros dioses, le desobedecían o no respetaban.

      No he leído la Biblia, mis conocimientos son de frases, trozos leídos o escuchados, y argumentaciones con personas que sí la han leído y siguen sus enseñanzas.

      Pero no es el Dios que he encontrado desde mi niñez, cuando he sido católico practicante, de Acción Católica o monje Zen: Ese amigo al que le pides lo que deseas para ti o para los demás.

      Ese Dios, que nos recuerda que: “El Reino de los Cielos es de los niños”, sin tener que recordarnos que niño no se es por la edad, sino por el amor incondicional e inocente que se manifiesta.

      Ese Dios que dice que: “Hay que olvidar el ojo por ojo, que hay que amarle, que nos tenemos que amar sobre todo”.

      ¿Cuántos niños?, no pueden dormir, no pueden salir, jugar o ir a un sitio sin su juguete favorito.

      Todo el día abrazado a él, sin permitir que pueda caer en algún peligro.

      Pero el niño no suele decir “mi”, sólo dice: “Osito”.

      Es por ello que cuando respetamos, cuando tememos algo, al pedir protección decimos: mi Gobierno, mi Justicia, mi Dios o en último caso el de los demás o algunos.

      Pero al niño que encuentra al amigo, dándole vida con su cariño, con su amor, sólo dice: “Osito”.

      Es precisamente ese Dios el que no tiene Poder, ni Grandiosidad, sólo Es Amor, como el del niño, entrega a lo amado, al que yo he tratado siempre de conocer, de darle vida en mí.

      Incluso ahora cuando los años comienzan a pesarle al cuerpo, todavía me gustaría oír al Padre decirme: “DÍ OSITO”.



miércoles, 24 de noviembre de 2021

CULTIVANDO LA VERDAD


Tantas vidas,

Tanto esfuerzo tratando de

Transmitir mi Verdad,

Que ahora, cuando todos

La aceptan,

Cuando todos viven con ella.

Desesperadamente busco,

Donde mi Verdad

Pueda cultivar.

Siendo la Verdad Una,

Sólo se alimenta,

De la verdad

Diferente y única,

De cada Individualidad.




A QUIEN LO LEA

           Dicen que la profundidad de la Sabiduría del Sabio, se mide por la Profundidad de su Ignorancia.

          Siendo la Ignorancia, el contenedor donde nace la Sabiduría.

          Ante los conflictos, los grandes problemas, las guerras, la ira o el odio, el Maestro, invita a tomar una taza de té y si lo has tomado, que laves lo que has usado.

          Es la simpleza, la Sabiduría Ignorante del Maestro.

          Pero hay una simpleza que a veces, no proviene del contenido natural de la Ignorancia, sino de haberla llenado con el yo.

          La respuesta a veces puede ser la misma: invitar a tomar una taza de té o lavar lo que se ha usado.

          Es la respuesta que dio el Maestro, la hemos oído y leído, lo hemos repetido innumerables veces, y nos sorprende que no seamos Maestros, que no seamos Sabios, si damos las mismas respuestas.

          La simpleza de las conversaciones, de las opiniones, del entendimiento y de lo que queremos enseñar a los demás, puede ser desde la Sabiduría o desde la simpleza de la Ignorancia.

          Pero la importancia real para cada uno de nosotros, no está en la procedencia de la simpleza, o si repetimos lo que hemos memorizado o proviene de nuestro corazón, lo importante es escuchar, vivir en la Gran Duda, en la búsqueda de nuestro Ser.

          Porque es desde ese lugar, desde donde viviremos en la responsabilidad de lo que hemos entendido, en la responsabilidad de lo que hemos hecho, es entonces cuando al dar nuestra opinión, no pretenderemos enseñar, sino aprender de las respuestas, porque eso es la Gran Duda que hace que la Realización sea Grande, según dicen los Sutras: Gran Duda, Gran Realización.

          La simpleza nace de ser simple, pero la simpleza de la Sabiduría sólo debe aparecer cuando hemos llegado a ella, no cuando el yo ocupa su lugar.

          Es cuando el Maestro nos recuerda que no hay ningún problema en nuestra existencia, si cuando la Vida nos da una taza de té, tomamos una taza de té, disfrutando de ella, usando la energía que nos da, para lavar lo que hemos usado, lo que hemos creado.

          Dicen que soy poco amigable, no pongo emoticonos en los escritos, no invito a café, ni cuento mi vida, mi día a día.

          Sólo comento y digo mi opinión en algunos de los que leo y que pienso que tiene cabida esa opinión.

          Otras sólo los leo, su simpleza de Sabio, no admite otro lugar desde donde mirar, más que el de la persona que lo publica.

          No he llegado al lugar desde donde invitar a tomarse la taza de té o café, o decirle a alguien que tome lo que la Vida le da en cada ahora, bebiendo y usando lo que contiene la taza “Correctamente”, como dice el Camino Óctuple.

          Sólo puedo dar mi opinión de lo que leo, para quien le sirva porque complemente su conocimiento o porque señale el lugar donde no le vale la pena mirar.

          Sabiendo lo que quien lee las publicaciones pueda desear, sólo puedo dar lo que soy, para quien le interese y ayude lo que publico.

          Es por ello que publico en abierto, para que todos puedan entrar, sin necesitar permiso. Es por ello que cualquiera puede opinar y expresar su opinión. Es por ello que a quien no opina, sigue abierto lo que publico igualmente.

          La Publicación es libre, de entrar o salir, y la mía de escribir mi pensamiento o lo que puedo expresar.

          No soy simpático, ni pretendo tener más o menos lectores, tampoco me dedico a complacer egos, pues tengo suficiente con el mío.

          Sólo que leáis lo que os ayude, que si queréis expresar vuestro pensamiento o entendimiento lo hagáis, pues esta publicación es libre, y no es necesario que seáis mis amigos o tengáis que solicitarme u ofrecerme amistad.

          Porque la pretensión de lo escrito es si puede ayudar a alguien.



lunes, 22 de noviembre de 2021

LOS PILARES DEL ZEN

          Hay un libro titulado “Los Tres Pilares del Zen”. Incluso en los Sutras nos hablan de los Tres Pilares del Budismo: Buda, Dharma y Sangha.

          Hay dos Pilares para mí, en los que hay que subirse para contemplar lo que el Zen enseña, lo que es imprescindible conocer para comprender el Zen más allá de lo que nos trae tranquilidad o un yo complacido.

          Uno se estableció en India, con su concepto de Vacío, śūnyatā, śūnyá.

          El otro el de los opuestos, el del Yin y el Yang del taijitu chino.

          Son conceptos difíciles de entender y manejar en el pensamiento occidental, nuestra estructura, nuestra forma de analizar y ver o comprender lo que las cosas son, a nivel de comprensión mental.

          Cuando leemos las Escrituras Zen, los Sutras del budismo o el pensamiento o escritos de los Maestros Zen, tratamos de analizarlos, de comprenderlos desde la Lógica, desde el análisis de las palabras o de los conceptos filosóficos occidentales.

          Algo parecido, a tratar de comprender el mundo marino desde un tratado de botánica. No deja de ser la explicación de una misma vida, de un mismo todo, pero es casi imposible llegar a una comprensión mental de lo que es un pez.

          Mirando alrededor desde lo que en occidente llamamos equilibrio, nuestra sociedad es un DESEQUILIBRIO ABSOLUTO.

          Cómo entender entonces, que en budismo romper el equilibrio es imposible.

          Que el cielo del Yang y la Tierra del Yin, no pueden desequilibrarse.

          Que la Impermanencia, permite ese equilibrio, porque todo se manifiesta no siendo algo aislado, sino como el Equilibrio del Todo, el Equilibrio y manifestación de Buda.

          Luego ese equilibrio, permite que cada individualidad se manifieste en el ahora, siendo lo que es.

          En equilibrio como individualidad, y en equilibrio como Cielo-Tierra.

          Luego lo que permite que Todo sea lo que Es, porque puede ocupar un lugar exclusivo para esa individualidad, que no interfiere, añade o quita algo a esa individualidad, pero que es Imprescindible para su existencia: Un Vacío que la acoge por toda la Eternidad y que se manifiesta como aquello que lo ocupa, y al mismo tiempo le da su Naturaleza de Vacío.

          El Yin y el Yang, son también Muerte y Vida, cuerpo luminoso y oscuro o sin luz, pero no en su oposición, sino como indicación de su equilibrio y armonía.

          La dificultad de explicar, es que hay que hacerlo desde nuestro entendimiento, pero sin poder saber lo que entenderá quien escucha, e imposible saber lo que ha oído quien oye lo que decimos.

          Subidos en los Dos Pilares, con un pie en cada uno, sólo falta recordar el koan del poste de 100 metros de altura: Hay que dar un paso más, sabiendo que la altura de ambos pilares es Infinita.



sábado, 20 de noviembre de 2021

AL PASAR

          Publica hoy Lucía, una frase de San Agustín, según dice al pie. Es una frase corta, simple y directa al pie, como dicen en futbol:

          “Los hombres salen a hacer turismo para admirar las crestas de los montes, el oleaje de los mares, el copioso curso de los ríos, los movimientos de los astros. Y sin embargo pasan de largo, de sí mismos". San Agustín.

          Es de las frases que hacen que salgamos corriendo hacia el lugar donde señala la frase.

          Es la estampida de los seguidores que corren gozosos, para llegar donde señala el dedo del Maestro.

          La primera reacción es: mirar dentro, tratando de encontrar lo que no puede ser encontrado fuera.

          La segunda podría ser: Buscar a un yo mismo, que podría estar en parecernos a Jesús, los Santos, los Bodhisattvas o un semidios o Maestro, o sentir que reflejamos el mismo amor por un Dios que percibimos o encontramos dentro o fuera.

          Es el problema de tener un Dios, unos profetas, unas palabras y enseñanzas que nos dicen cómo, dónde y cuándo se manifiesta Dios.

          Cuál es el Dios Verdadero y los que son falsos.

          Y sin embargo encontramos que el olor de la Flor no puede ser Dios, porque sólo puede ser olido por Él mismo.

          No está en el hecho de admirar algo, donde nos desviamos de Jesús, de Skakyamuni, de Mahoma, o de cualquier Maestro que encontró Su Verdad.

          No está en cabalgar o pasar de nosotros mismos, donde caminamos sobre las huellas de otros, sin ver el camino.

          Es en la percepción de que son otros o nosotros mismos, donde está el dedo del Maestro que siempre señala allá, no aquí.



miércoles, 17 de noviembre de 2021

SIENDO LOS OTROS

   PUBLICADO ANTERIORMENTE.

           En nuestras reclamaciones sociales, en el fondo de nuestras quejas a Dios, está la incomprensión del por qué: “Los gobiernos, los poderosos, los que tienen dinero, los líderes”, no se muestran con más valores, con más dignidad, de forma más elevada, en definitiva, con humanidad como si fueran humanos.

          Los hijos, reclamamos de nuestros padres que nos enseñen principios, pero desde el ejemplo. Los ciudadanos que los dirigentes y los estamentos creados para ello, nos permitan convivir y creen una sociedad pacífica, que no viva para la ambición, promulgando leyes que nos obliguen a ello, que nos den ejemplo no organizando guerras y teniendo los mayores presupuestos para la fabricación de armas y ejércitos.

          Podríamos repasar todo lo que deseamos para vivir en una vida justa, armoniosa y en paz. O mirar lo que deseamos en cuanto a convivencia en una sociedad de amor, humanizada e igualitaria. Veríamos que la mayoría por no decir casi la totalidad de los deseos son: “Para ser realizados por los demás”.

          Nuestras excusas son diversas para: la familia, los amigos, el trabajo, la vecindad, la sociedad, los países, la humanidad, las religiones, no importa quién es el responsable o como solemos decir: el culpable, pero siempre, alguien que no sea “yo”.

          En nuestras creencias, son los dioses o sus emisarios, los que nos explican sus palabras, pues es demasiado exigir que seamos nosotros los que las entendamos, eso podría llevarnos a ser los responsables de nuestros actos.

          Hemos creado una sociedad, en la que lo importante es evadirse de la responsabilidad, queremos estar siempre en una posición en la que no haciendo nada, reclamando nuestros derechos y deseos, podamos hacer responsable a: Dios, la Humanidad, al Espíritu, a que no somos todavía el Ser, que somos simplemente gente fácilmente manipulable, en lo demás son los estamentos sociales o los que ejercen la responsabilidad del poder, los que son elegidos para la culpabilidad de nuestra vida, de que sea como es y no siendo suficiente: también de cómo somos.

          Hablamos de un Ser que tenemos que alcanzar, de una humanidad que tenemos que alcanzar, de un Espíritu que reside en nosotros pero no podemos percibir, de metas difícilmente alcanzables, debido a que todavía estamos lejos de encontrar el Amor, a Dios, a la Humanidad.

          Nos aferramos a lo que hemos escrito de los dioses, de las explicaciones que hemos escrito acerca de su Naturaleza, los juzgamos a ellos y a los que han venido a explicar sus descubrimientos, sus experiencias, desde lo que alguien nos ha dicho, de lo que alguien ha escrito, de lo que se dice, recordando que incluso en nuestro nivel, si es que se puede decir que estemos en un nivel donde hay algo de responsabilidad “mía”, no se puede juzgar a los demás por murmuraciones o lo que alguien diga, sino por lo que podamos comprobar.

          Es algo que debemos llevar al mundo espiritual, comprobar y llegar a la comprensión de las enseñanzas, por nosotros mismos. No vivir y juzgar, a Buda, Jesús, Mahoma, Dios, por lo que nos han contado, sino por la capacidad de darles vida en nosotros, por nuestra propia experiencia, por el conocimiento del que podamos ser los responsables de nuestra opinión.

          El Ser, siempre es el resultado de lo que somos. El Ser no existe para ser alcanzado, sino para ser creado. El Ser lejano e inalcanzable, es lo que estamos creando Aquí y Ahora con lo que estamos siendo, único lugar que no podemos alcanzar, si no es regresando de nuevo al origen, de donde nunca hemos partido.

          Las Enseñanzas son un alimento, no importa quién las plantó o cultivó, ni su precio, ni su calidad, lo único que es nuestra responsabilidad es el aprovechamiento y uso de lo que nosotros hemos comido.



lunes, 15 de noviembre de 2021

LA DISTANCIA

           Dicen que la distancia es el olvido.

          Pero cómo habríamos desarrollado el cerebro, los sentimientos, y nuestro ser, sin alejarnos de un ahora, de unas personas, de un lugar, para poder acercarnos a otros.

          Cómo habríamos desarrollado la memoria, si no sintiéramos una ausencia en el corazón.

          Cómo sentir la alegría tras haber llorado.

          Cómo acercarnos a algo o alguien sin estar antes alejados.

          Es a veces esa distancia, la que nos enseña a amar, lo que no vimos, lo que no supimos apreciar cuando estuvo cerca.

          Tantas veces sufrimos, odiamos o nos desespera la distancia, cuando es lo que nos enseña a saber cuánto amamos.

          Es esa distancia, la que nos enseña a esforzarnos para llegar donde queremos o debemos estar, sin importar la distancia, siempre podemos estar cerca, cuando el corazón la mide, en la confianza, el amor y sobre todo libertad.

          El río, une las nubes con el mar.

          Los mares unen continentes lejanos, todos los ríos, todas las tierras, con las nubes del cielo.

          Dicen que la distancia es el olvido, cuando sentimos o creamos la separación.

          La Distancia en un Universo Infinito, en una Vida Infinita, desaparece cuando fluye el Amor.




martes, 9 de noviembre de 2021

¡ME HAS ENTENDIDO!


           Es curioso, que con tanta frecuencia aceptemos, que cuando alguien dice que nos ha entendido, pensemos que ha sido lo que hemos querido expresar.

          Tantas veces cuando estamos de acuerdo con alguien o alguien está de acuerdo con nosotros, sólo es necesario seguir hablando, para darnos cuenta de que hablamos de puntos o cosas diferentes, que realmente hemos confundido las palabras de ánimo, con que pensaban lo mismo o coincidían con nuestro pensar u opinión.

          Tantas veces, el descubrimiento de que lo que decimos no suele ser lo que los demás entienden, nos ha llevado a la falta de autoestima, a la ira, al malestar o incluso al sufrimiento.

          Que me pregunto, si deberíamos intentar expresar mejor y más correctamente lo que pensamos o queremos decir, comprobando el punto desde el cuál nos estamos expresando, de dónde lleva el camino que estamos marcando, no para que entiendan lo mismo que intentamos expresar, sino para sentirnos satisfechos de entender lo que decimos o escribimos, nosotros mismos.

          Nadie más lo entenderá o expresará igual, por lo que es dejar que en Libertad, encuentren su propio entendimiento, lo que haremos.

          Olvidando el que sea comprendido lo que tratamos de expresar, cómo lo que hemos manifestado.