Igualdad es, la aceptación y
conocimiento de la desigualdad.
Pienso, que
nunca ha sido esta una de mis preocupaciones principales, siempre he querido
ser yo mismo, tratando de respetar lo que soy y como consecuencia respetar a
los demás, sin por ello sentirme obligado a compartir sus ideas o intentar
cambiarlas si no es porque creen problemas, bien a ellos mismos o a los demás.
Buscamos y pretendemos una
igualdad, basada en leyes que consigan que dos cosas diferentes, tengan
circunstancias iguales, para que sus resultados sean también iguales.
La Vida y el
Universo por supuesto nunca lo han intentado tan siquiera, el hombre en la
primera depreciación de su humanidad, inventó el Yin y el Yang, que es lo de
que: “cualquier cosa tiene siempre dos
mitades”.
Es por ello
que a nivel Universal, no hay dos cosas iguales, o que presupongan que tengan o
puedan serlo. Está el sol y la luna, la tierra, el corazón, el hígado o el
cerebro. Cada uno con unas condiciones y funciones diferentes, y consumiendo
las energías comunes, simplemente usando cada uno lo que necesita, sin mirar
quién recibe más o menos.
Si miramos
una esfera, obviamente las dos mitades son exactamente iguales. Si la miramos
desde nuestra visión, una mitad es la derecha, otra la izquierda, otra la de
arriba y la otra la de abajo. Si las posicionamos con la orientación respecto a
la Tierra serían: “Norte, sur, este y oeste”. Lo que me dice, que me debo de
haber liado, porque me dan cuatro mitades, lo que matemáticamente es imposible.
Si pensamos
que otra persona mirando desde el otro lado, el opuesto a nosotros, lo ve al
revés, y que si movemos la esfera, la mitad derecha, puede estar: a la
izquierda, arriba o donde queramos. Podríamos observar que el Yin y el Yang, no
son nada que pueda serlo para siempre, que su aparente desigualdad, no es que
lo que ocupa una posición o es de una manera, pase de ser una simple apariencia
o circunstancia.
Pensamos en
los orígenes de la desigualdad, mirando en la sociedad y sus costumbres.
Olvidando que ni sabemos realmente el desarrollo de la convivencia, sus por
qués y cómo ha sido, en los tiempos que no había escritura. Lo que ha llegado
hasta nosotros, es que a lo largo de lo que conocemos, el hombre ha sojuzgado,
abusado y casi esclavizado a la mujer. Olvidando que también lo hemos hecho con
los hombres, siempre ha habido las clases bajas y la esclavitud, o carencia de
derechos.
Olvidamos
también los matriarcados, que desde el principio de los tiempos ha habido
mujeres con gran poder, que se dice que ha habido épocas más antiguas en las
que el poder era ejercido por la mujer, que el trabajo se ha repartido de
diferentes maneras según el tipo de sociedad y las circunstancias de su entorno
y forma de vida.
Pero como
todo en nuestra sociedad, debe de ser legislado con leyes, que nos obliguen a
hacer lo que todos pensamos que es correcto.
Creamos el maltrato de: los
padres hacia los hijos, de los hijos hacia los padres, profesores y alumnos,
jefes y asalariados, gobiernos y pueblo, de los adultos y los niños, de la
mujer y el hombre, de las mayorías y minorías. Da igual en qué Yin y Yang
miremos, siempre encontramos: el abuso, la discriminación, el maltrato, pero
curiosa y especialmente, en los que se han autoproclamado “Humanos”.
Es verdad, que hemos creado leyes
de corrección para todos estos desequilibrios, consiguiendo que el abusado pase
a abusador en demasiadas ocasiones. Cuando protegemos a las minorías estas
pasan a aprovecharse y servirse de las mayorías, si protegemos a los alumnos
vemos que los que están discriminados y desprotegidos son los profesores, es difícil
legislar en gente que no sabe de: respeto, honestidad, comprensión, aceptación,
responsabilidad, amor social, compartir, y que sus valores son el yo y el abuso
o aprovechamiento de los demás. Por otro lado y obviamente, en gente que fuese y
que viviese correctamente, no haría falta legislar para ser iguales, cualquier
persona que ame su libertad, simplemente aboliría cualquier ley que intentase
obligarle a ser igual que otro.
Bastaría simplemente con revisar
un poco, no pienso que sea necesario hacerlo profundamente lo que significa: “La
condición humana, ser humano, ejercer de humano creando la Humanidad”. Es precisamente
en la diferencia donde reside nuestra riqueza. Es en el respeto, aceptación,
honestidad y responsabilidad, donde reside la humanidad. Como dice la propia
palabra: “ IGUAL-DAD”, porque es la entrega, el dar lo único que realmente
podemos dar al ser lo único nuestro, que es lo que somos, “por igual”, sin
discriminar, lo que nos hace Iguales en la diferencia. Es la aceptación de
nuestra función en cada momento y el ejercicio de ella lo que nos hará iguales.
No se puede crear: igualdad,
humanidad o respeto, a base de obligarnos con leyes, sino ejerciendo lo que
decimos ser, “de humanos”.
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