Recuerdo que
en un programa en la radio hablando de religión, alguien dijo algo acerca de la
frase de la Biblia, “Polvo eres y en polvo te convertirás”. No recuerdo el
contexto en el que la otra persona lo comentó, pero sí al menos lo que yo
contesté. La frase no tiene tanto que ver con la muerte y la descomposición del
cuerpo, como con el retorno al origen.
Todo sale de
la Nada, todo se manifiesta en el Todo, el Universo manifiesta a Dios, son
frases que nos dirigen hacia el verdadero origen de las cosas, de la creación. No
diferencian entre mundos físicos o etéreos, ni entre materia y espíritu, no hablan
que un animal, vegetal o mineral, provenga de un origen diferente, ni tan
siquiera que el alma y el ego, sean diferentes en su origen.
Somos nosotros
los que diferenciamos las cosas, los que nos identificamos o atribuimos
diferentes niveles, físicos, morales, intelectuales o espirituales, algo que no
es diferente en su origen, pero que nosotros encontramos la identificación en la atribución
de los conceptos que nosotros hemos creado.
La Vida,
hemos establecido en diferentes filosofías que es Eterna, al menos
conceptualmente esto es aceptado, pero no a nivel de una vida individual y
separada, sino desde el concepto de Absoluta.
Es desde este
punto desde el cual hay que comenzar a mirar el concepto de la reencarnación. Es
el Absoluto o la Vida que lo mantiene la que se manifiesta en los diferentes
universos, la que origina la infinita manifestación. Puede haber grupos de
energías que se mantienen unidas durante un tiempo, que para nosotros es muchas
vidas, pero apenas un suspiro en la Eternidad.
Es por ello
que solamente hay un origen, una Vida que es la que se manifiesta en todo,
indiferenciadamente, no clasificando su manifestación en niveles, grupos o
diferenciando los grados evolutivos, que en general dependen del tipo de
resultado que buscamos. Hay una Mente Universal, una Vida Universal, una Manifestación
Universal, en la que solamente hay Universo, las partes son las que nosotros
diferenciamos desde nuestro nivel de consciencia, de nuestros conceptos y de la
identificación que hacemos de nosotros y del entorno que percibimos.
Es por ello
que buscamos la transmigración de un alma, en la manifestación de la energía,
en la diferenciación de materia y espíritu, en la dualidad, en la que lo que
mantenemos constante es la separación dual de lo que percibimos o de con lo que
nos identificamos.
Las diferentes
filosofías han intentado manifestar esta relación, o explicar nuestra unión o
integración en ese absoluto. Pero al final hemos creado la irresponsabilidad,
al querer que todo nos sea explicado, que todo sea escrito y regulado, que se
creen leyes y explicaciones de lo que es Absoluto, algo que no puede ser
percibido, que no puede reencarnarse porque es Absoluto y Eterno, algo que no
puede percibirse, o encontrar algo con lo que compararse o poder identificarse.
Al final en nuestra irresponsabilidad hemos culpado a las diferentes iglesias,
a los demás, de la situación que tenemos, de que las explicaciones que nos dan
son erróneas o falsas. Porque nos negamos a entender lo que realmente está
dentro de la palabra, de las escrituras, en la experiencia de los Maestros que
originaron, que alguien estructurase y regulase lo que otro había experimentado
personalmente.
Todo está
explicado, pero no es en la diferenciación de lo escrito, sino en encontrar la
verdad detrás o dentro de todas ellas. No es en un concepto donde encontraremos
las explicaciones, ni en lo que nos pueden enseñar, sino en nosotros, en
nuestro Ser Universo.
Creemos que es nuestro pequeño ego,
nuestra identidad separada la que puede vivir o existir en la Eternidad. Hemos visto
que en las películas, en las novelas, en las historias de inmortales, luchan
para que al final solamente quede uno, que tienen que cortarle la cabeza, el receptáculo
de la mente especulativa, dualista y analítica, que es donde existe la separación,
porque al final todo lo que son todos tiene que manifestarse en Uno.
Nuestro origen, no está en la reencarnación,
ni en el Espíritu, ni en un lugar donde existiremos, porque el origen de todo
es: “El Absoluto, lo Eterno, el Dios Único, el Vacío, la Nada, la Vida”. ¿Cómo
podría reencarnarse, o existir en una dualidad?.
Hay quien teme a la muerte, o quien la
busca, incluso quien ama la vida, quien quiere vivir, pero nada de eso puede
ser percibido en lo Absoluto, en donde lo único que existe es: “Ser”, lo que se
es, Vida Absoluta.
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