No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

lunes, 26 de octubre de 2015

VIVIR LA FRASE


          Esta mañana leía una historia de Gandhi en la página de Blanca. Al igual que cualquier frase o historia dirigida hacia la humanización, que  es publicada como una enseñanza para el entendimiento y la convivencia, son todas ejemplarizantes o una guía para actuar.
          Pero son estas frases precisamente, las que al estar dichas o escritas por estas personas que usamos como ejemplo, las que no deberíamos simplemente mirar su belleza, sino vivirlas en nuestro ser.
          Lo que contaba la publicación es:
          En cierta ocasión, mientras Gandhi estaba subiendo a un tren, una de sus sandalias se cayó a la vía. Gandhi y sus acompañantes trataron de recuperarla, pero sin éxito, pues el tren ya se había puesto en marcha.
          Ante la sorpresa de todos, Gandhi con total calma descalzó su otra sandalia y la arrojó igualmente a la vía.
¿Por qué has hecho esto?, le preguntaron.
          El pobre hombre que encuentre la sandalia tirada en la vía –contestó-, de esta manera tendrá un par que pueda usar.
Mi comentario:
Con la cantidad de personas pobres y cojas que hay en la India, encontrando dos sandalias, pudo encontrar algo más para lamentarse.
O pudo encontrar a alguien que le faltase la otra pierna. Nuestras buenas intenciones también dependen de los demás.
          Viendo la situación, imagino que si Gandhi hubiese estado solo, probablemente no habría arrojado la otra sandalia. En primer lugar si alguien encontraba la primera sandalia, difícilmente sabría que era de Gandhi quien con su buen corazón y  a pesar de que el tren estaba en marcha, tiraría más adelante la otra para que el que la encontrase tuviese las dos, por lo que no marcharía a lo largo de la vía para recoger la segunda.
          Por otro lado cuando alguien desea dar algo, no espera a estar rodeado, menos aún una persona como Gandhi, que probablemente si quería dar unas sandalias, no esperaría a perder una para tirar la otra y no saber si sería la misma persona la que encontraría las dos.
          Razón por la que pienso, que simplemente fue un gesto para que los demás viesen que en lugar de estar preocupados por lo que perdemos, deberíamos compartir más con el necesitado, lo que nos queda.
          A veces cuando alguien dice que le ha gustado mucho alguna publicación de la página, mi ego se dispara, pensando lo buen escritor y pensador que soy. Pero hay que volver a vivir la situación, lo que realmente le ha parecido maravilloso, es lo que esta persona ha entendido, que no se si tendrá algo que ver con lo que yo he escrito.
          Hay otra frase de estas publicadas que dice: “No soy responsable de lo que entiendes, sino de lo que escribo”.
          Es por ello que generalmente escribo mi opinión en lo que leo, o algo que no sea el primer entendimiento de lo obvio. Alguien me dice una frase que me gusta, intento aportar mi entendimiento o una visión diferente, porque las alabanzas son para su entendimiento, pero pocas veces me aportan otra visión a mí, si creo que la alabanza es para mí, solamente me obligan a batallar con el ego si lo tengo.
          Mi comentario es que cuando encontramos algo, o la Vida nos lo da, podemos pensar que no es lo que necesitamos o queremos, pero también podemos buscar a quien lo necesite. Gandhi compartió, no se si lo que tenía o lo que le sobraba, pero eso es algo que es su libertad, la del que encuentra o recibe algo, es agradecer o quejarse, recibir sin poseer compartiéndolo con los demás o quedándose incluso con lo innecesario.
          Dos sandalias son un problema para un cojo, pero pueden ser la solución para dos cojos.
          Los que había alrededor oyeron las palabras de Gandhi, pero probablemente no escucharon su silencio, algo que nos impide vivir nosotros las frases.



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