Un día, un hombre dijo: “Yo soy el Hijo Unigénito de Dios”, y fue crucificado.
Anteriormente, un hombre dijo: “Todo es Buda, Buda es Todo”. Murió envenenado,
pero anciano.
Anteriormente, un hombre dijo: “Las partes están en el Todo y el Todo está en las partes”,
no fue comprendido, ni ha sido conocido más que como leyenda.
Nos perdemos en el número de todos que
contemplamos, nos confundimos en cómo un todo, uno solo, puede tener un hijo
sin alguien más.
Pero la pregunta es: ¿Por qué fue
crucificado?, acaso por sus palabras o por nuestro silencio. Por la unión que
sentía con el Todo y todo, o por nuestra separación y aislamiento.
Siendo Todo Dios, ¿Cuántos hijos podría
tener, más de ninguno?, ¿En caso de tenerlo, acaso podría haber más de uno?.
Es tan antiguo que Dios es Uno, que es
Todo, que si realmente experimentásemos al Espíritu, a Dios, a la Vida, el Vacío,
no habría quien preguntase, ni quién contestase.
Pero a la pregunta de: ¿Quién eres?, que
otra pregunta encontraríamos aparte de:
“Yo soy el Hijo Unigénito de Dios”.
En el título, la vb, son para leer: “Debida o de Vida”.
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