Quizás el
mayor miedo que nos domina al hablar de lo Absoluto, es el dejar de ser lo que
somos, el pensar que diluidos en un océano de absolutez, dejaremos de ser la
gota que juega entre las nubes, que se lanza al vacío en busca de las montañas,
que cantando baja por los arroyos, que llena de euforia desciende tumultuosa,
queriendo ser océano. Mientras niega la existencia del Océano, por miedo a
dejar de ser gota.
Llenos de
amor, amando la vida, las flores, los colores, la belleza, sintiéndonos
henchidos de amor, latiendo alocado el corazón queriendo expandirse
por el Universo. Pero lo Absoluto, nos impide amar, porque en lo Absoluto
solamente existe la Seidad, que nos impide sentir amor, amar a los demás,
porque deja de haber demás, porque no hay alguien que ame o a quien amar,
solamente Ser Amor.
Esta es la
disyuntiva, ser Uno con Dios, con la Vida, o buscar un dios que nos cree un
lugar paradisíaco en el que no exista la conflictividad, los problemas. Ser Vida,
o vivir en el amor, en la armonía, en la hermandad, donde los sentimientos de
rechazo no tengan cabida.
Elegir entre
un “yo”, que continúe existiendo mejorado, protegido y recibiendo su existencia
de un Espíritu Divino, o un Ser Absoluto, que ha creado un lugar donde nuestro
ego podrá vivir eternamente en armonía, paz y felicidad. O ayudado por Seres
Superiores, para convertirse en Humano, en un Ser de Felicidad.
Vamos al
cine, vemos una película que nos envuelve, que nos hace entrar en la situación
viviendo cuanto se muestra en la pantalla. Olvidados del yo, sin ser
conscientes de que estamos en una irrealidad, hemos entrado en lo Absoluto de
la película.
Cuando estamos
con alguien, cuando estamos haciendo algo, y nos entregamos absolutamente. ¿Quién
puede pensar o ser consciente de estar, de quienes están o de que se esté
haciendo o alguien esté haciendo?. No hay consciencia, ni conciencia que nos
diga que hay alguien haciendo o algo que se esté realizando.
En lo
Absoluto hay Consciencia, pero no hay individualidad, ni tan siquiera del Uno,
por lo que no se puede tener consciencia o ser conscientes, porque en lo
Absoluto no existe la Individualidad, ni del Uno. Eso es lo que nos asusta, lo
que nos impide la entrega, que sí podemos realizar cuando hay un “yo” que: ama,
que hace, que trata de unirse a otro Yo mucho más grande, pero que nos impide
la entrega Absoluta, el dejarse ir, el trascender, el poder Ser.
Creemos que
lo que nos da nuestra individualidad es el “yo”, pero es lo que nos impide ser
lo que somos, algo que es diferente a lo que pensamos o sentimos ser, que no
tiene nada que ver con lo que percibimos, con lo que somos conscientes de ser,
es ser el que percibe, piensa o es consciente de lo que somos, añadido a lo que
percibimos ser. Eso estaría más cerca de ser lo que somos.
Ser lo
Absoluto, no es dejar de ser lo que somos, no es que dejemos de ser gota de
agua, es que no sabemos que somos océano, que en el océano no hay gotas de agua,
ni sal, ni peces, ni barcos, ni playas, ni tan siquiera un fondo o tierra rodeándolo
para que no se esparza por todas partes. Obviamente el que no sepa que es Océano,
no hace desaparecer las playas o los barcos. Cuando vemos la película, el que
explote una bomba no nos matará, por muy metidos que estemos en ella. Por muy
entregados que estemos al hacer algo o estar con otra persona, no hará que
desaparezcamos por dejar de ser conscientes de que somos diferentes del hacer o
de los demás.
Sentir el
latido de la primavera, es lo que hace la Vida, sin saber tan siquiera que es
Vida. Millones de gotas de agua suben y bajan de las nubes, sin saber el Océano
que es océano. Millones de células son lo que somos sin saber que son células. Millones
de pensamientos producidos por una mente, que no sabe que es mente ni que
piensa para nosotros.
Encontrar lo
Absoluto, nos impide ser nosotros, nos impide ser conscientes, nos impide
vivir, nos impide amar, lo curioso es que no es porque dejamos de ser, sino porque
Somos. Siendo Yo, Siendo Vida, Siendo Amor, se encuentra lo Absoluto.
Siendo Una
Gota, desaparece el Océano, porque la Gota no sabe que está siendo gota.
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