Una amiga
mejicana que conocí en un viaje a Bangkok, de esas personas que a veces se
cruzan en tu vida, apenas es un instante, pero que perdura en el tiempo.
Este poema
fue escrito para ella, tras hablar de la vida y la muerte, de la amistad, de los
amores.
(Bangkok 22-VIII-77)
Ver
escapar
la vida
entre los dedos,
sentir
que la vida
un
encuentro,
una
espera,
el cruce
de un camino,
un amor
sincero,
después
. . . el olvido.
Continuar
andando en una espera,
saber,
que tienes un amigo,
que
vives en su recuerdo
y
estuvo en tu camino.
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