No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 19 de mayo de 2017

CON EL PUEBLO COMO REHÉN

        Es difícil comprender, cómo es posible que muchos de los trabajadores que en general menos trabajan, reciban sus salarios de los impuestos que paga el pueblo. Que muchos de los que más protestan son los que reciben salarios de los impuestos del pueblo. Que los que suelen defender, a los que cogen al pueblo o sus necesidades como rehenes o lo usan como moneda de cambio, para mantener sus prebendas, sus privilegios o sus subvenciones, reciben sus salarios de los impuestos pagados por el pueblo.
        Somos usados personalmente, por nuestras necesidades o dependencia de sus servicios, por una serie de minorías privilegiadas, como rehenes o moneda de cambio, para forzar la situación y seguir con sus privilegios y exigencias, al más puro estilo de cualquier mafia.
        Somos puestos en la balanza de sus exigencias por: “Servicios públicos, transporte, controladores, mineros, estibadores, o sindicatos”, para mantener una posición de privilegio. No trato de mirar si es justa o no, si son merecedores de lo que exigen o no, simplemente hablo de su posición privilegiada y que usen a los más desafortunados o los que tienen un trabajo más extendido o más diversificado, con salarios y condiciones muy por debajo de las suyas, como moneda de cambio.
        Son esos desafortunados los que tienen que pagar sus demandas, bien en los precios o en impuestos para sus subvenciones.
        Cualquier empresa tiene que fundar su competitividad en la calidad de su servicio o en los costos. La calidad de los servicios independientemente de los medios, que son importantes, dependen de la profesionalidad de los trabajadores, desde el empresario hasta el último de ellos, que debe ser el primero si miramos desde el otro lado, pues no hay primero o último en la profesionalidad empresarial.
        Los costes dependen de la profesionalidad, buena administración, la cicatería, usura o falta de humanidad de los empresarios, la directiva o de los obreros. No solamente de uno de ellos.
        Al final cuando unos trabajadores solamente piensan en sus salarios, prebendas y privilegios, alguien tiene que pagarlos. Si para conseguir lo que exigen, miran solamente su ombligo, si los sindicatos defienden solamente las exigencias sin mirar si son justas, es solamente el uso de la fuerza, el matonismo, o el estilo mafioso, al tener que usar para conseguir lo exigido, el uso de la posición, las necesidades del pueblo y la necesidad social.
        Hablamos de la falta de democracia de las dictaduras abusivas, que es aproximadamente lo que hacen los sindicatos que defienden, a las clases o castas, privilegiadas.
        Si cerramos los puertos, si exigimos demasiado, si el rendimiento no es el adecuado, probablemente tendremos que subvencionar a una panda de inútiles, que tendrán un puesto de trabajo sin nada que hacer, pues las mercancías se habrán ido donde la gente quiere trabajar por un salario justo para el país donde realiza su profesión. Donde se realice un trabajo eficiente y rápido, a un precio que no les cargue demasiado el precio de sus mercancías y donde no tengan conflictos.
        Ser profesional en cualquier actividad, no es solamente el salario, sino el tratar de que haya justicia entre lo realizado y su contraprestación. Pero la justicia, no es algo fijo, sino que depende de las circunstancias. Si hay unos salarios en un país, exigir lo justo, también incluye esos parámetros.
        Que sea una injusticia, no depende si no es profesional lo que hace el empresario, tampoco es profesional, exigir fuera del equilibrio donde está la sociedad en un país.
        Si además hay que poner de manifiesto, lo que el pueblo necesita nuestros servicios, para que acepten nuestras exigencias, hacemos lo mismo que cuando amenazan a nuestros hijos o empresa, si no pagamos un impuesto o rescate, o la empresa debido al paro nos paga un salario de miseria.
        Que vengan los barcos por tener un buen servicio y un precio justo, es la mayor garantía de que se conserven y aumenten los puestos de trabajo, el hacerlo a base de subvenciones es usarnos como rehenes.


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