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Es, como
tantas otras frases, simple y clara: “Caminé toda la
noche para encontrar una razón que me alumbrara y de pronto me alumbro el
sol sin ninguna razón”.
Caminamos perdidos
en la oscuridad, sin luz que nos alumbre, hasta que nuestra alma se oscurece de
oscuridad. Es todo nuestro ser el que se hace noche, que es lo único que puede
alumbrar la luz.
Buscamos desesperadamente
algo que nos alumbre, que ilumine nuestro entorno, nuestra vida, algo que nos
obliga a caminar y convertirnos en oscuridad.
En nuestra
busca desesperada, encontramos satisfacción en ser alumbrados por ese sol, que
sin faltar un instante de su existencia está alumbrando a cuanto le rodea, que no
permite que algo se interponga entre ambos. Durante todo el tiempo en silencio:
“Siendo Sol”.
¿Qué puede hacer el Sol, sino alumbrar
a quien quita lo que se interpone entre ambos?, solamente por ser Sol.
Pero no
puede darle su luz a nadie, por eso solamente puede iluminar la oscuridad de
quien le ve allá a lo lejos, colgando del espacio, imperturbable y sordo a las
exigencias o alabanzas, solamente siendo Sol.
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No hay razón
para caminar en la noche, por ser noche.
No hay razón
para alumbrar a quien está Iluminado siendo Sol.
Caminando en
caminos polvorientos, solamente el polvo no encuentra polvo, porque no
encuentra razón.
Caminando en
caminos polvorientos, buscando una razón, solamente polvo y sequedad, encuentra
el buscador.
La lluvia
en caminos polvorientos calma el polvo al humedecerlo, mojando y haciendo que
se esconda, el buscador.
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