Es un tema
en el que se verifica el Yin y el Yang, la mitad dice que sí, la otra mitad que
no.
Obviamente,
cuando se le pregunta a alguien por Él, lo que entendemos es el dios de las
religiones. Un Ser que vive en un cielo, que nos ha creado o ha puesto los
medios para que existamos, que tiene mucho poder, que lo ve y sabe todo, y una
serie de atributos que se sabe que tienen porque alguien nos lo dice. Al mismo
tiempo incluso cuando se le define como Espíritu, tiene un cuerpo y una
apariencia, que es lo que esperamos ver y recibir cuando se nos aparezca.
La razón
de que pensemos que no existe, es que nadie le ve, sería el responsable de lo
mal que funciona todo, y además los científicos nos explican la Vida y
obviamente es la que mueve todo, por lo que Dios no es necesario y por tanto no
existe.
Si miramos
las religiones o hemos recibido sus enseñanzas, algo nos dice que realmente
existe ese Dios que algún día nos llevará a un lugar donde seremos felices, que
ha creado cuanto existe, pero que los que de vedad saben de la Vida, son los científicos
y los filósofos.
Confucio dijo
que cuando se obtiene un nombre, se reciben las funciones que confirman el
nombre, que existe una correspondencia entre el nombre y la función de quien lo
tiene o le es dado.
Al necesitar
crear el habla para comunicarnos, se crearon palabras que definían cada
individualidad que era percibida, descubierta o que definía un Concepto o una
Abstracción.
La mayoría
de los nombres, admiten calificativos, incluso algunos conceptos y
abstracciones. El hombre puede ser: ambicioso, enfermo, bueno, deportista. También
se admite el calificativo en: profesiones, actividades, y en la mayoría de los
nombres.
Pero hay
nombres, que no se pueden ser calificados por su propia Naturaleza y definición,
y no me refiero a lo que dice el diccionario del idioma en que es expresado el
nombre, sino que el significado y Esencia que implica recibir ese nombre, hace
que cualquier calificativo, haga necesario buscarle un nombre nuevo.
Hay Nombres
como el Amor, que no admiten calificativos, pues el Amor hace que todo sea Uno.
Por tanto, no hay algo que ame o sea amado, en cuanto al nombre del Concepto. No
tiene actividad perceptible, ni nadie que pueda pronunciarlo, al no ser
percibido no habiendo perceptor.
Vida es
otro de esos nombres, que reflejan algo que es Absoluto, que no depende de que
haya algo que viva. Para que algo viva, tiene que existir la Vida cuando no hay
nada, pues lo primero que percibe la existencia, es porque al aparecer la Vida
se entregó y le confirió la Naturaleza de Vivir.
Otro nombre
más de andar por casa que no admite calificativos, es el de Juez, en este caso
no depende de su Absolutez, sino que el nombre conlleva los principios de
Humanidad, que tampoco admite adjetivos. La Dignidad, entrega a la Verdad y la
Justicia, impiden que cualquier juez con calificativo, merezca el nombre de
Juez.
Esta es
otra de las características, que a veces cuando se da un Nombre, hace que no
tengamos la facultad de usar la libertad de la Dualidad, sino la Libertad que
nace de la Responsabilidad de tener un Nombre con mayúscula.
El Nombre
de Dios, no es la definición de la religión, la filosofía o lo que le asignamos
a un ser o incluso el Ser. Es el Concepto al que se le dio el Nombre: Unidad,
Todo incluido en Él, fuera del tiempo y del espacio, necesario para no tener
principio o final.
Lo que
significa o la función a a que se le dio el Nombre, es un Concepto en el que
están integrados: Amor, Vida, Todo, Absoluto, con la inclusión en Unidad de
cuanto exista, no exista o pueda existir. Donde no puede haber separación o
dualidad.
Decir que
existe, es verdad. Decir que se le ha visto es verdad. Atribuirle cualquier
principio, naturaleza o apariencia, es verdad también. Pues todo ello lo
permite y se incluye en el Nombre.
Decir que
no existe, es verdad. Decir que, no se le ve porque no existe es verdad. Pues está
en su Nombre.
Siendo Todo,
no puede haber alguien o algo que lo pueda ver.
Siendo
Todo, podemos verlo en cualquier individualidad que veamos o no podamos ver.
Hay una
historia budista, en la que una persona al levantarse, se miró la cara en el
espejo. Estando roto el espejo, al mirar no vio su cara. Horrorizada salió
gritando enloquecida: ¡He perdido la cara, he perdido la cara!.
Cuando llegó
donde estaba Buda, al no serle posible razonar con ella, Shakyamuni a abofeteo.
Sorprendida esta persona dejó de gritar y alborozada se tocaba la cara. He ahí,
que te la he encontrado y devuelto, dijo Shakyamuni.
la mayoría de las veces, miramos lo que somos, lo que deseamos, lo que buscamos en el espejo, sin darnos cuenta de que es solamente un reflejo.
la mayoría de las veces, miramos lo que somos, lo que deseamos, lo que buscamos en el espejo, sin darnos cuenta de que es solamente un reflejo.
Nuestra
cara, no la podemos ver, porque es donde están nuestros ojos.
Queremos comprobar
si Dios existe, si le vemos o no le vemos. Es el método de la ciencia, comprobar
las cosas. Pero la Ciencia, no puede conocer a la Ciencia, ni verla, solamente
puede percibirla en el espejo.
De la
misma manera siendo Dios Todo, no tenemos ni tan siquiera un espejo donde
mirarle, pues su espejo somos nosotros.
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