Miramos alrededor y cerramos los ojos
para no ver la sociedad que estamos creando.
Noticias sobre abusos y violaciones,
que se concentran en colegios, a mujeres y niños, y que apenas somos
conscientes de la extensión en las que se manifiestan en nuestra sociedad.
Hemos creado una sociedad de cobardes,
hemos renunciado a nuestra Dignidad personal, lo que conlleva que somos
abusados y violados por nosotros mismos y que guardamos silencio o miramos
hacia otro lado cuando son los demás los que abusan o son abusados, llegando a sonreír
cuando somos nosotros y el abusador o violador es poderoso o más fuerte que
nosotros y cobardemente lo hace debido a nuestra indefensión o debilidad.
La Ley, los medios de comunicación,
nos invaden con noticias de lo que pasa en algunos colegios, pero cuidando de
no denunciar a todos. Nos hablan de la Iglesia católica pero no de los demás. Nos
dicen lo de los demás pero no lo nuestro.
Hoy se engrandece la denuncia de la violación
o abuso realizado a una mujer o a niños. Olvidamos que el abuso y la violación
nacen de la cobardía y carencia de Dignidad o de la Indignidad.
Hemos aguantado y olvidado, tantos
abusos, tantas violaciones, que sólo cuando lo leemos o nos lo dicen en las
noticias, somos conscientes de los abusos y violaciones en los que estamos
inmersos en una sociedad cobarde, donde los abusadores y violadores abusan y
violan la Indefensión. Y los indefensos sonríen y aguantan en silencio lo que
les hacen los poderosos.
Recuerdo cuando en mi juventud llamábamos
a alguien putón, no sólo a las chicas o mujeres, sino a los amigos o algunos
conocidos: Alguien que no tenía decencia, dignidad y que por un beneficio hacía
lo que hiciese falta.
Las noticias nos hablan de un Putín,
que cobardemente robó parte de Ucrania, invadió Georgia y hace lo que quiere
con los que son más débiles, ofreciéndoles a sus soldados a los indefensos
ucranianos, que con su defensa aumenta el placer de estos abusadores y violadores
de la libertad y el hogar de unos ucranianos, menores en número, armamento,
ayudas y poder.
Porque Putín pone el prostíbulo, donde
lleva a indefensos para que sean abusados y violados, pero quien paga con su
cobardía y su indignidad, son los soldados que matan, abusan, violan, invaden y
masacran a la Indefensión del Pueblo.
Nos perdemos en palabras, soflamas,
acusaciones y sanciones que llegarán a donde llegaron las palabras cuando se
realizaron las otras invasiones, cuando Tíbet fue invadido y masacrado por ese
comunismo que dice que todos somos iguales, porque al parecer no discrimina de
quién abusa o a quién viola.
Hemos enviado nuestros centros de
producción a China, hemos empeñado nuestro suministro de combustible a Rusia,
hemos aguantado cuando eran más débiles, cuando miraban si realmente podían
abusar y violar, sin que los demás se defendieran. Nos hemos hecho dependientes
de ellos, hemos creido que eran gente en la que confiar, gente que cumplirían
con los principios democráticos, con la convivencia humana con Dignidad.
Pero no sólo ellos no cumplen con los
principios, nosotros tampoco lo hacemos. Para defender la Dignidad, la
Justicia, hay que morir por ellas, o negarse a abusar y violar a los más
débiles.
Es algo que no harán los Poderes, que
en su cobardía prefieren disponer de la vida y hacienda del pueblo,
obligándonos a entregarles nuestra alma, porque no debemos equivocarnos, no nos
la compran con sus concesiones.
Además es el pueblo, quien: Pilota los
aviones, lanzan las bombas, usa las armas y van a casa ajena, del vecino o de
alguien, abusando y violando por la fuerza, tratando de que renuncien a la
Dignidad personal y de su hogar, atemorizándolos.
Pero vemos las bandas, vemos las
mentiras para conseguir lo que queremos, vemos cómo abusamos de quien confía en
nosotros, de nuestras profesiones, de nuestros principios, de nuestra
humanidad, que al final hemos convertido la Tierra en un lupanar, habitado por
Putones.