España tuvo la desgracia de que sus
políticos se enzarzaran en una guerra fratricida, cada uno intentando imponer
cómo usar a los ciudadanos, a quién debían servir y a quién debían copiar.
No importa si a quien se copia es
bueno o malo, lo seguro es que no podremos hacerlo si no nos dicen qué hacer o
viviendo recordando lo que esa persona o grupo hace.
Se había expulsado al rey, tras un
golpe de estado contra la monarquía. Los políticos, siendo muchos no pueden
estar en un solo partido, porque no hay puestos y dinero para repartir entre
todos. Por lo que hay que dividirse en grupos donde unos digan lo contrario de
los otros y si son pocos, lo que diga quien mejor les paga.
Unos querían un gobierno cristiano y
siguiendo los principios y valores de la Iglesia católica. Otros desterrar la
religión y seguir los principios comunistas, que no permitían que hubiese
ciudadanos equivocados, considerando camaradas, sólo a los que pensaban que el
Gobierno era Dios.
Para conseguir el Poder, una vez que
se habían desembarazado del rey, quisieron imponer al pueblo sus ideas, al
estilo de la Democracia española, donde el gobierno impone sus consejos e ideas
por el bien del pueblo.
El resultado fue la extensión de la
guerra entre políticos y sus mamporreros, al pueblo, que como buen rebaño,
siguió el ejemplo de sus pastores.
Una guerra fratricida, donde vecinos,
padres, hermanos, amigos y conciudadanos, se mataron los unos a los otros, para
ver cuál de los políticos se convertía en pastor.
Muertos y más muertos, odio y más
odio, envidias y más envidias, olvido de la humanidad, del amor, de la
necesidad que tenemos los unos de los otros. Al final, el pueblo destruido, y
los políticos de nuevo a recomponer el rebaño, el negocio, el aprovechamiento y
uso del pueblo.
En toda guerra hay un vencedor y un
vencido. En toda guerra el vencido trata de dejar tierra rasa, para que el
vencedor tenga problemas para recuperarse. El ganador trata de dejar rasa la
tierra, para que los perdedores no tengan qué comer. En toda guerra el único
vencedor es el odio y el rencor, que unos y otros se tienen al estar obligados
a convivir de nuevo.
Unos ganaron, y tratando de evitar el
regreso a la miseria española de envidias, de venganzas y cobro de deudas de
todo tipo, prohibieron, al igual que el comunismo ha hecho donde ha gobernado,
el pensamiento contrario al que se imponía desde el Poder. Porque la Dictadura
es de izquierdas y de derechas, sobre todo cuando se quiere manejar y usar al
pueblo para cumplir los objetivos del político, que no importa si son buenos o
malos. Porque impiden la responsabilidad del pueblo, de los ciudadanos a
ejercer su libertad de opinión.
Las cunetas, se cubrieron de cadáveres
de ambos bandos. Los pueblos fueron destruidos por ambos mandos. El oro de la
Reserva fue regalado a los amos de la izquierda (Rusia), algo que dejó a los
españoles, sin recursos y sin fondos para obtenerlos.
A mí me gustaría encontrar algún
político español, que no cabalgue en su prepotencia y verborrea. Algún político
que en lugar de buscar el poder de su partido, luche por el bienestar y
conocimiento de los ciudadanos. Algún político que no sea palmero o mamporrero
de su líder.
Yo nací y me crie en la Dictadura,
siempre tuve trabajo y nunca fui represaliado en las pocas manifestaciones a
las que acudí. Donde al preguntar a los que me rodeaban, cada uno decía estar
por una cosa diferente.
Mis ideas, mi pensamiento nunca estuvo
dirigido a la política, sino a estos temas sobre los que escribo.
Que Zapatero, hiciese que los
ciudadanos regresaran a tiempos de odio, de venganzas y cobro de deudas. Que tratase
de que los perdedores se vengaran de quienes ganaron, es miserable.
Porque recuperar la memoria, no es
prohibir y quitar los símbolos de una recuperación desde el solar que había
quedado, cuando unos ambiciosos de poder perdieron ante otros ambiciosos.
La recuperación de la memoria de un
pueblo, es que es innecesario ser borrego, que es innecesario seguir a los
pastores, porque en un pueblo lo que debe haber es hermandad, complicidad, el
todos a una, que no sé si verdaderamente un pueblo como el español, fue capaz
de hacer en Fuenteovejuna.
Reparar los daños, curar los odios,
ayudar a quien lo necesitase, es recuperar esa memoria, donde la Historia nos
debe recordar que somos hermanos y de una misma familia desde hace muchos
milenios.
A pesar de los políticos, de los
reyes, de los líderes, que nos han llevado a guerras fratricidas. La Democracia,
no es opinar todos diferente, sino convivir desde la Dignidad, el Respeto, la
Aceptación y ser capaces de encontrar una decisión común, para beneficio de la
mayoría. Donde los políticos, no se dediquen a crear odios, sino hermandad y a
que el pueblo encuentre que convive como seres humanos, en lugar de como gente y
facinerosos.
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