Surgió la familia o grupo, que a pesar
del cambio de sus miembros, de lugar o circunstancias, se entregase a la
continuidad y bienestar del grupo.
Creamos las tribus, en las que hubo
que establecer reglas de convivencia, para que la armonía de sus miembros,
fuese posible.
Creamos comercio, estados, reyes,
guerreros, profesiones, y todo lo que hemos ido considerando necesario para
poder vivir en esa convivencia de armonía y amor, que pudiésemos dar el nombre
de Humanidad.
Mirando en nuestra historia, en
nuestras sociedades y entidades creadas, podríamos llegar a la conclusión, que
no han servido para el fin que fueron creadas. Las hemos alimentado con
nuestras frustraciones y ambiciones, y una vez que ellas han conseguido tener
un cuerpo utilizable en nuestro Universo, nos han llevado hacia donde nosotros
hemos alimentado a estas entidades, que conjuntasen nuestra manifestación y
actividad, para llevarnos a esa convivencia de paz y felicidad que nace de la
armonía y el amor.
Todas estas entidades, viven mientras
son creadas, mantenidas, cuidadas y alimentadas por nosotros. Si desaparecemos
todas esas entidades desaparecerán con nosotros, y los siguientes en manifestar
la Vida y su Amor, tendrán que crear las suyas, alimentándolas para que les
permitan vivir, existir y manifestar el Universo que ellos creen.
Sólo en nuestra inquietud ante la
muerte y la desaparición, nos atrevimos a crear una Entidad Eterna, que
existiese independientemente de nosotros, que existiese antes y después del
principio y final de cualquier manifestación.
Comenzamos con superhombres, que con
sus poderes creaban Universos y sujetaban las estrellas flotando en el espacio,
sin nada que las sujetase. Sus poderes eran enormes, sus ambiciones y sentimientos
los nuestros idealizados positiva o negativamente, todos ellos controlados y
llevados a mantener una convivencia, controlados por el poder superior de un padre.
Pero los fines por el que hemos creado
las entidades, ha sido por armonizar e integrar la Dignidad y con ello el
respeto entre nosotros y el resto de nuestro Universo en su convivencia.
Naciendo con ello la Paz, Felicidad y el Padre Amor, que hace que todo ello sea
un Uno.
Esa Entidad que concebida como
Absoluto, permitiese que la Vida se manifestase como Amor, en cuantas
individualidades formasen un Universo, siendo su único alimento, la hemos
llamado Dios.
El alimento que recibimos es un
Universo que podemos utilizar libremente y usando nuestro propio albedrío. En
su Amor, Él acepta el Universo que estemos creando.
Si miramos en otro dios, que tiene
células, órganos, mente, emociones y diferentes cuerpos o Universos, que
alimenta su cuerpo con: Tabaco, alcohol, drogas, conservantes, preservantes,
aíre contaminado por él mismo, aguas contaminadas por él, que destruye sus
pulmones terrestres, que se traga el alimento sin respeto por la vida que
mantiene la suya, que no agradece ni la vida entregada ni el esfuerzo necesario
para crear ese alimento. Podemos imaginar lo que pensarán las células de ese
Dios que las alimenta y castiga de semejante manera.
No son sólo nuestros cuerpos los que
son envenenados por nosotros, también lo han sido todas las entidades creadas
para aprender a convivir.
Dios, es sólo otra de las entidades,
que hemos dado nombre, pero curiosamente no hemos creado. Lo Absoluto existe
antes de que haya nada, y después de que todo desaparezca, porque su Naturaleza
es el Amor, que en la Vida se manifiesta como Universo, pero que para que este
Universo permanezca tiene que retroalimentar a la Vida con Amor, que es el
único alimento, que permite que la Nada y el Todo, coexistan sin saber que son
Entidad o Universo, que ni tan siquiera saben que se alimentan y son
alimentados por el Amor, que siendo una Naturaleza, no necesita ser ni tan
siquiera una Entidad o tener que existir, para que Todo sólo pueda ser Amor.
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