Si miramos en nuestras vidas, durante la mayor parte de ella, hemos considerado que lo amado nos pertenece absolutamente.
No lo hemos explicado así, pero es
suficiente con mirar nuestras sociedades y sobre todo nuestras religiones, para
verlo. Hemos creado dioses que nos premiaban o castigaban a voluntad, por
nuestro comportamiento y obediencia, algo que ha sido copiado y ejercido por el
poder, a lo largo de nuestras sociedades.
Dios, es junto con la Vida el máximo
exponente del Amor. Al ser en su Esencia y Ser, lo que es lo amado, por su Entrega
Absoluta. Algo que a pesar de cuanto tratemos de encontrarles, nos recuerda que
su Naturaleza es la del Vacío la de la Nada. Algo imprescindible para Ser lo
Amado.
Cuando un edificio o caja, es de
apartamentos u oficinas, de vino, colonia, galletas o cualquier cosa que es
contenida en ellas, es porque su denominación, su nombre depende de lo que
llena su vacío, a pesar de tener paredes o muros, que determinan la caja o el
edificio.
Pero Dios o la Vida no tienen muros o
paredes, lo que contienen tiene Absoluta Libertad y Libre Albedrío para ser lo
que son. Siendo Dios y la Vida aquello que contienen o les manifiesta.
La Importancia de tener un Concepto
claro del Amor, es importante, sobre todo para que podamos convivir como
humanos. Amor es el Universo entero, por Naturaleza, siendo el Vacío que
contiene todo lo amado, sin discriminación o reconocimiento de un yo que ama.
Nuestro entendimiento de Amor, nos
lleva a creer que somos los dueños, los poseedores de lo amado: O es nuestro o
de nadie, podemos destruirlo si no sentimos que nos pertenece, al igual que
hicieron los dioses y poderes creados a nuestra imagen y semejanza.
Al final, nosotros nos sentimos libres en nuestro amor, podemos amar o dejar de amar libremente. Pero quien nos dice que corresponde a ese amor, nos pertenece y no puede cambiar, si nosotros no somos los que terminan o abandonan a la persona amada.
Ese sentimiento de posesión, ese
egoísmo, esa carencia de humanidad y capacidad para amar, es el origen de la
mayor parte de nuestra violencia y frustración.
Putin, ama la Gran Rusia, la que mandaba y poseía a otras naciones. Su vida está dedicada a obligar a esas posesiones amadas, a regresar o ser destruidas.
Algo que sucede con las parejas o
cualquier cosa que amamos, solamente porque aún no hemos comprendido, que el
Amor, es la Entrega Absoluta a lo amado, siendo lo que lo amado es: Amor.
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