Pero
la mayoría de los que escribieron esos libros, eran tan incultos que no sabían
hablar español, algo que cualquiera de nuestros niños es capaz de hacer.
Recuerdo,
cuando decíamos que se había quedado algo: “como un Cristo”, al parecer los
budistas antiguos sólo conocían esa frase en español, pues después en el resto
no se les podía entender, decían que lo que hablaban era: San-s-cri-s-to. Supongo que en un mal uso de la frase.
Cuando
nos han traducido estas filosofías o religiones, nos dicen que hay que meditar
mucho, que hay que dedicar la vida a la meditación, para Iluminarnos y ser Buda
o el Dios que ellos obedecen.
Recuerdo
que en el templo en Japón, si no podíamos hacer nada, el Maestro nos decía que
dedicásemos el tiempo a meditar. Pero los cocineros, que se dedicasen a hacer
la comida, por supuesto meditando.
Obviamente,
si dedicamos nuestra vida a Iluminarnos, sentándonos en meditación, no
tendríamos hijos para que nos pagasen la pensión, incluso no necesitaríamos pensión,
porque no habríamos nacido. Porque ha habido listos, que lo de meditar era para
los hombres, pero siempre ha habido mujeres que se dedicaban a meditar también.
Todos
sentados todo el día, sin nadie que cocinase, limpiase, trabajase o tuviese una
familia que le ocuparía la mayor parte del tiempo o hijos, que no le dejasen
hacer meditación. Haría necesario que estuviésemos Iluminados antes de meditar,
para ser tan espirituales, que no tuviésemos que comer, viviésemos eternamente
que haría innecesario tener hijos, y todo estaría limpio en un mundo del
Espíritu.
Para
los que no sabemos leer, nos resulta más fácil, escuchar la vida de Shakyamuni:
Príncipe, rico, rodeado de juventud y felicidad, cuidado y mimado por todos,
sin conocer el sufrimiento. Se casó, tuvo un hijo heredero del reino como era
su obligación, dejó todo lo que tenía que hacer terminado, y después se marchó
a meditar en busca de la Iluminación, que para él consistía en encontrar el
origen del sufrimiento de los seres sintientes.
Algo
inexplicable, porque si él no conocía el sufrimiento personalmente, por qué
llegó hasta sus límites de resistencia, para poder decir a las personas por qué
sufrían y que encontrasen mayor bienestar y felicidad. Que lo hiciesen ellos,
que eran los que sufrían, yo tengo que encontrar la felicidad y la Iluminación
mía, dedicando mi vida a la Meditación.
Por
eso nos tuvo que decir que había bodhisattvas, que eran gente como él, que
prometían no alcanzar su Iluminación, hasta que no hubiesen ayudado al último
ser sintiente a encontrarla.
Obviamente,
son unos ignorantes incluido el Shakyamuni ese.
Sacrificar
toda mi vida para que los demás no sufran, menuda tontería, mi trabajo y
esfuerzo es para Iluminarme y ser feliz, sin preocuparme de los demás, que
pueden hacer lo mismo que yo.
Y es que hablar en San-s-cri-s-to, que no lo entiende nadie, ya muestra su ignorancia. Porque dejar el palacio, la riqueza, la familia, los amigos, y tener todo cuanto se puede desear, y una vez que ya has cumplido con tu responsabilidad, irte a sacrificarte para resolver el sufrimiento de los otros, hay que ser un ignorante.
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