Cuando existe el Gran Embarazo, en el
que se unen los opuestos, lo femenino y lo masculino, en la gestación del
Universo.
Cuando sale la Vida del útero, el
primer paso lo realiza desde el nacer como madre, avanzando el pie masculino,
del cuerpo, de la materia, que permita que el Universo cobre y manifieste la
Vida de la Madre.
Pero la Vida que se manifiesta en el
movimiento y la Impermanencia, necesita dar otro paso, asentada en la
masculinidad, avanza el pie de lo femenino, de la emocionalidad, para que pueda
manifestarse la materia como Vida.
El siguiente paso, tiene que avanzar
una vez más lo masculino de la mente lógica y la razón, para que un día pueda avanzar
la feminidad de la Consciencia en la materia, para que pueda convertirse en
Materia.
Es un caminar, que tendrá que suceder,
para que nazca el equilibrio, el avance alternativo del Yin y el Yang, porque
el equilibrio no se realiza con la igualdad, sino con lo diferente, con lo
opuesto.
Ese equilibrio que nunca se rompe en
la Vida, en el Universo, es el que cada Individualidad, sólo sea ella misma. Sin
dejar de ser Vida o Universo.
Nosotros queremos crear el equilibrio,
siendo sectas, seguidores, palmeros, lo que deseamos, mejor que los demás o más
ricos o al menos más algo. Lo que nos ofrece el equilibrio que creamos:
Insatisfacción e Infelicidad, que nos hace creer y vivir, buscando el por qué
estamos desequilibrados.
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