No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 2 de febrero de 2024

EL GATO EN LA CAJA

           Siempre me he sentido impresionado, con esos héroes que veía en las películas y las series, que los dejaban en un lugar desconocido y sabían averiguar dónde estaban.

          Sobre todo, cuando vives en una ciudad grande y te llevan a una zona que no conoces, y tienes que regresar andando a casa, sin saber hacia dónde caminar, sin saber dónde estás, sin poder tomar una decisión que te permita saber dónde estás.

          Un día, llevaron a un vecino de unos 3 o 4 años de vacaciones, no le dijeron a nadie dónde iban, ni tan siquiera a sus hijos.

          Cuando me llamaron por teléfono para ver cómo estaba su casa, pude hablar con el niño y le pregunté que dónde estaba. Su respuesta concisa, precisa, que no tenía error, ni tan siquiera de un milímetro, me sorprendió, porque había resuelto el problema de mi vida: “Estoy Aquí”.

          Recordé aquel tiempo cuando yo tenía esa misma seguridad, cuando siempre supe dónde estaba. Ese tiempo, que fue sustituido por la edad adulta, cuando siempre estoy: Donde he estado o donde quiero estar.

          Me acordé de ese señor que tenía un gato en una caja, y le preguntaron que cómo estaba el gato y al final le pasó lo mismo que a mí, no sabía si estaba vivo o muerto. Incluso en el momento de la pregunta pudo estar vivo y al abrirla estar muerto. Y más aún, abrir la caja y estar vivo y cuando decía que estaba vivo estar muerto.

          Al final no supe qué pensar, pues no encontraba una respuesta a semejante comecocos. Así que nuevamente llamé a mi vecino, que siendo niño y no teniendo la mente llena de ideas y conocimiento, podría resolverme el problema que me había creado escuchando a los que saben.

          Cuando le conté al niño lo de la caja, me respondió sin pensar: Está como está. Y era verdad, estando vivo o muerto, siempre está como está, abriendo o dejando de abrir la caja, el gato nunca ha dejado de estar como está.

          Y es que la semilla nunca deja de ser semilla, incluso cuando ha estado enterrada y dado frutos, no deja de ser árbol que ha dado frutos, la misma semilla, que ahora es lo que es.



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