No pretendo molestaros

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Yui Shin

sábado, 2 de marzo de 2024

LA DIGNIDAD

           Lo complicado de los Conceptos, es que pueden ser mirados desde un número Infinito de lugares. No hay otra manera de verlos que desde la Dualidad y la sencillez de dos mitades, cuya visión es de Infinitas percepciones y nunca podemos verlas en Sí mismas, sólo podemos conocer el Concepto, por comparación u oposición con la otra mitad.

          Eso nos permite, conocer lo que llamamos Dignidad, por comparación con lo que consideramos que es la otra mitad: la Indignidad. Pero para ello tenemos que tener en consideración las circunstancias y las condiciones con las que hemos considerado dividida la Unidad o Totalidad, de lo que sería la Dignidad Espiritual, que no puede tener Dualidad o mitades, porque no habría nada externo que pudiese compararlas.

          Ante lo complejo que sería, establecer una Dignidad como Concepto espiritual, y con los problemas que nos crearía la trascendencia de la Dualidad de cualquier Concepto que se quiera usar como comprensión de lo Absoluto, creamos la palabra “Alquimia”, que es que algo se convierte en su opuesto sin que intervenga la Dualidad.

          Cuando la mayoría de los Maestro e Iniciados, nos recuerdan la Perfección de Todo, no están excluyendo los opuestos, sino estableciendo que dentro del SER, todo es perfecto tal como es, pero necesita transmutarse para manifestar solamente el aspecto positivo o Correcto, en cada circunstancia o condición.

          El considerar nuestras vidas, como la lucha de los opuestos o la de una mitad con la otra, nos ha traído a que tengamos un Concepto totalmente equivocado de la Realidad de nuestra Naturaleza Humana y Espiritual.

          Lo que nos lleva a movernos de un extremo a otro, de una opinión a otra, de una muestra de nuestra humanidad que es considerada inhumana en otra.

          Somos como la veleta, siempre señalando la dirección del viento, que sopla desde el Poder. Algo que nos impide ejercer la Libertad de nuestra Humanidad y aceptar la responsabilidad del Universo, de la Convivencia, sociedad y la Tierra que estamos creando.

          Tratamos de destruir la Indignidad, pasan los siglos, los milenios y nos encontramos con que hemos sofisticado, hemos dejado de percibir y desconocemos que estamos manifestando la Indignidad en nuestra convivencia. Porque en la guerra, las heridas y el humo, nos impiden ver las heridas que causamos a la Dignidad.

          La Dignidad es: Amor, Respeto, Aceptación, y llegar al momento que trascendamos la Dualidad para alcanzar la Humanidad, y a pesar de conservar nuestra individualidad única, seamos Uno, no dos mitades confrontadas.

          La Dignidad, no nos cambia realmente, sino que nos permite en cualquier situación, circunstancia o condición, hacer lo Correcto, que incluso no seria no equivocarnos, sino que nuestra Dignidad, convertiría en Correcta cualquier equivocación de los demás, que no por ser Uno desaparece.

          El Universo y en el Universo, sólo contempla al Uno, pero no por ello dejan de existir las Constelaciones, las estrellas, los planetas, el polvo cósmico, las energías y tantas y tantas cosas como son necesarias para ser Uno.

          La Dignidad no es algo que podamos recibir de algo externo, siendo una de nuestras Naturalezas, somos nosotros los responsables de darle Vida manifestada.



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