Un discípulo
preguntó a un maestro Zen: “Qué es la Gran Mente , el Tao, el Bhudha, Dios, el Absoluto,
lo Infinito, lo Eterno”.
El Maestro le
respondió: “la mente ordinaria, la de cada momento, cada presente, cada cosa o
ser insignificante, es en sí mismo, lo Eterno, lo Infinito, lo Absoluto,…
Buscamos la
felicidad en las cosas importantes o valiosas, en el cumplimento de nuestros
deseos, nos esforzamos por todo, intentando conseguir lo que deseamos y en el rechazo
de lo que no, nos peleamos con todo y desafortunadamente no conseguimos los
cambios, ni los objetivos que realmente apetecemos y por supuesto, tampoco la
felicidad. A veces y solo a veces sentimos alegría.
¿Dónde vive,
nace, y se establece la felicidad?
¿Cómo se
alcanza, se logra y se construye una vida de felicidad?
La felicidad,
nace, se establece y vive, en la aceptación absoluta de: cada presente, cada
cosa o ser insignificante, la mente y las circunstancias comunes, en cada
momento de nuestra vida, cualesquiera que sean su naturaleza o circunstancias.
La felicidad
se alcanza, se logra y se construye, en la aceptación, en nuestra responsabilidad
plena de lo que somos en cada momento. Para la vida no hay culpabilidad en lo
que hacemos o dejamos de hacer, que suele ser lo que buscamos, lo que sí existe
es nuestra responsabilidad en lo que hacemos o dejamos de hacer.
Queremos
terminar con lo que vemos o pensamos negativo en la vida, en lugar de no
crearlo. El camino más sencillo para terminar con el hambre en el mundo, sería,
ser responsables de lo que comemos, esto sería suficiente para no crearla, ya
que al comer cada uno lo que realmente necesita, habría alimento para todos. La
vida siempre proporciona todo lo necesario, sin que falte o sobre algo.
Terminaríamos con la pobreza, las guerras y la insatisfacción, simplemente ejerciendo
la responsabilidad de lo que somos.
Para ello,
tampoco sería necesario destruir, ni eliminar nada de lo que hay, todos somos
corresponsables de haberlo creado. No está la respuesta en la culpabilidad de
los demás, sino en la responsabilidad nuestra. ¿Cómo puede funcionar mal algo
en lo que todas sus partes funcionan bien?
Si los
administradores se dedican a administrar, los estudiantes a estudiar, los
obreros a trabajar, los directores a dirigir, los médicos a curar, etc. y no
buscamos tantas excusas, en las circunstancias, el momento, el cómo, donde, por
qué y realmente ejercemos cada uno, nuestra responsabilidad. ¿Cómo podría
funcionar mal la sociedad?, ¿Qué podría impedirnos ser felices?. A veces,
confundimos la alegría de hacer algo prohibido o que no debemos hacer, con la
felicidad, lo cual es un error que pagamos a lo largo de nuestras vidas, a
nivel individual y social.
El
cristianismo dice que Jesús nace en Navidad. En la respuesta del Maestro, Dios,
lo Absoluto, lo Grandioso, lo Eterno, está naciendo continuamente en cuanto
vive, por pequeño o grande que sea, cualquier instante de nuestra vida existe
solamente en el Absoluto, todo lo que somos es simplemente lo que Dios ES.
Nuestra pequeña y triste vida es donde
reside la Felicidad
de la
Espiritualidad Absoluta y Única. Tu, yo, podemos y debemos
ser la Felicidad de la Navidad. La Navidad es el nacimiento de Dios en cada
ser, cada momento, eternamente Navidad.
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