El escrito a continuación es de cuando tenía unos 20 años, finales de los 60 o principios de los 70, en un intento de libro.
Capítulo 1º
Misión
del hombre. La misión encomendada al hombre es la de buscar la felicidad
constantemente. Muchos somos los que nos hemos preguntado ¿puede el hombre ser
feliz? Yo he llegado a la conclusión de que la única contestación posible es un
rotundo ¡no!, ya que si el hombre encontrase la felicidad habría concluido con
su misión y con ello probablemente cesaría su necesidad de luchar por ella.
A mi parecer, la felicidad está en saber
afrontar los problemas de frente y luchar por resolverlos, pues no está la
felicidad en resolverlos sino en el empeño que se haya puesto en conseguirlo.
Un fracaso, siempre se ha dicho que debe ser
una lección y eso es exactamente; un escalón hacia nuestra meta, ya que somos
animales de una especie que se extingue, pues nos hemos acostumbrado a teorizar
e idealizar las cosas sin hacer nada por resolverlas. La prueba está, en la evolución
que llevamos a través de los 20 siglos de nuestra historia cristiana y los
muchos que transcurrieron anteriormente. Grecia, una de las culturas más
adelantadas de su tiempo, tenía unos conceptos del sentimiento que mueve a la
humanidad, hacia el cual volvemos a
marchar después de siglos y siglos de estudio y adelanto tecnológico. Éste es
uno de los motivos principales por el cual, me he preguntado si valía la pena
decir que el hombre había adelantado verdaderamente, puesto que si tiene que
volver de nuevo a formas atrasadas de pensar, quiere decir que el tiempo
transcurrido ha sido en balde, pues si sólo ha servido para su engrandecimiento
tecnológico y no para su formación como elemento humano, que puede significar
esto si no. Hemos visto que la venida de Jesucristo sólo sirvió para cambiar
este concepto, no para cambiarnos a nosotros.
Vemos que hemos seguido viviendo exactamente
igual; un grupo intentando hacerlo bien, que aunque no lo consiga al menos lo
intenta y otro aprovechándose del anterior y viviendo dentro del pobre concepto
que tenemos de la felicidad y cuya definición se podría encerrar en muy pocas
palabras: La carencia de problemas y el exceso de dinero.
¿Existe el Amor? Nuestra generación y es probable
que otras anteriormente, está dividida en dos grandes grupos en este aspecto,
los que lo afirman y los que lo detractan. Yo creo que los dos llevan razón,
según desde donde se enfoque, pues todas las cosas son relativas y dependen de
las circunstancias y accidentes que las acompañan.
El amor desde el punto de vista general, sí
existe, pues es indudable que las personas se enamoran y sienten lazos de
afecto (familiares, amistosos, etc.). Pero mi pregunta es: ¿“es ésta una definición, buena y adecuada del amor o es por el
contrario un nombre que hemos buscado por su sencillez y grandeza para algunas
de nuestras costumbres”?
En mi parecer y creo firmemente no estar
equivocado, la definición adecuada para el amor sería: “El amor es la perfección del hombre”.
Es la única respuesta posible, pues solamente
Dios es amor y al crearnos no nos dijo que amasemos, sino que fuésemos amor. El
sentirlo sería una cosa externa o simplemente de la mente y un sentimiento tan
grande, debe de penetrar más aun y formar parte nuestra, de tal forma que
fuésemos parte de él y solamente él.
¿Quiere decir esto que el hombre no tiene
ninguna finalidad en la tierra? Nada más lejos de la realidad que esto, puesto que si el hombre no
puede alcanzar la felicidad, ni el amor, no quiere decir que no deba luchar por
conseguirlo, y solamente se podrá decir que es Hombre cuando se esfuerza por
conseguirlo, pues no se mide por lo conseguido, sino por lo luchado, pues tiene
más mérito el que con grandes dificultades recorre un corto camino, que aquel
al que las circunstancias ayudan.
Cada vez que el hombre cae en su lucha, es
una parte de él mismo la que se pierde que nunca logrará recuperar, pues en el
largo recorrido que tenemos en nuestra corta existencia, cada vacilación supone
un retraso en nuestra formación, que nunca recuperaremos. La meta del hombre es
una meta móvil, que siempre guarda la misma distancia; mas si nosotros luchamos
en este estado terrenal lo suficiente, bastará para que en menos de un instante
ella venga a nosotros.
Estos pensamientos me han llevado a pensar,
en esta lucha continua que tenemos por la riqueza y a definir al hombre, dentro
de una idea materialista, como “egoísmo”.
Pues si bien estoy de acuerdo en que el
hombre debe ser: seguro, con un carácter fuerte capaz de dominar las
influencias circunstanciales de su manera de actuar y aplicarlo a su forma de
pensar; debe antes limpiarse de todo lo que sea: rencor, egoísmo, influencias
exteriores que puedan estar guiadas por este tipo de sentimientos, estar
orgulloso de ser quien es y luchar por quien debe ser , pero no de una forma
que le lleve hacia el poder y el dominio sobre los demás, sino como una pieza
de sustento en la formación del rompecabezas humano.
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