Cuando estás
en paz contigo mismo, lleno de amor por la Vida en su totalidad, ¿qué le puedes
decir al salir de un restaurante a quien pasa, estando lleno, satisfecho y sin
hambre?
Cuando
Shakyamuni se levantó, permaneció en silencio por toda la eternidad, dejó
sentado al Buda y en su infinito amor: escucha cuanto queremos decirle, razón
por la que no habla; nos da cuanto pedimos, sin poseer nada; nos protege no
dejándonos salir de su mano, en nuestra absoluta libertad.
Jesús,
convivió con toda clase de personas sin discriminarlas, dio de comer a quien
dijo tener hambre y de beber a quien decía tener sed, y no bebimos, ni comimos;
nos ama y le seguimos dando ojo por ojo; se entrega a nosotros y le
crucificamos.
No crearon
ninguna doctrina, no escribieron ninguna enseñanza, no encontraron nada que no
fueran ya. Solamente se quitaron la carga que acarreaban, dejaron de ser lo que
no eran, para Ser lo que todos somos. Una vez quitada el hambre, ¿qué le puedes
decir al hambriento?, ¿cómo puedes mostrar tu felicidad, al insatisfecho?
En su
Iluminación, ambos encontraron lo mismo en sus experiencias personales. ¿Qué
encontraron?, ¿qué o en qué cambiaron?
Cuando una
habitación oscura se ilumina, no cambia nada en ella o su contenido. Solamente
si hubiese algo diferente o separado de la propia habitación, vería cosas con
mayor claridad, al iluminarse.
La habitación
donde habita la Iluminación, es: Absoluta, Eterna, Infinita y en su Vacío
Infinito acoge Todo. Al no tener Principio, ni Final, todos cuantos universos
puedan existir o haber existido, lo han realizado y han sido Ella.
Las escuelas,
doctrinas y religiones, nacidas para explicar las experiencias de Jesús y
Shakyamuni, nos tratan de animar y ayudar a adquirir la absoluta confianza de
que nosotros, desde antes del principio somos ellos, la Habitación, el Todo,
Buda, el Padre.
En el
cristianismo, la explicación es que en la habitación, está dios y su creación,
y que un día podremos vivir la mayoría en la parte iluminada, en la parte donde
existirá solamente el bien. El resto vivirá en el trastero, en la parte oscura
donde está el dolor y el sufrimiento. Hay más escuelas y doctrinas, cristianas
también, pero sus explicaciones acerca de la experiencia de Jesús difieren. La Habitación
es dios, y nos perdonará y acogerá en ella, en eterna iluminación y felicidad.
Lo que al menos yo no he conocido, es, alguna escuela cristiana en la que
solamente hubiese Habitación. O lo que es lo mismo, que transcienda la
dualidad, donde residen los problemas de los místicos cristianos, para alcanzar
su meta.
Desde las
primeras escuelas, doctrinas y religiones budistas, la idea de que Shakyamuni al iluminarse solamente
realizó, que siempre había sido la Habitación, es constante. En algunas, la
explicación es que primero comenzó a percibir la claridad de la iluminación,
percibiendo con mayor claridad cuanto había en la habitación y finalmente
realizó que él era la habitación. En otras escuelas, el realizar que siempre
había sido Habitación fue lo que le ilumino.
Desde el principio,
en el budismo está implícita la transcendencia de la dualidad, podemos verlo en
varios Sutras, pero es al llegar a China y entrar en contacto con el Taoismo
cuando la dualidad queda totalmente iluminada y es excluida del entendimiento
de los Sutras.
La Habitación no puede verse a sí
misma, estando iluminada o a oscuras: “Sariputra
en los dharmas todas las existencias son solo Vacío. No existe nacimiento ni su
extinción, ni son impuros ni puros, ni aumentan ni disminuyen. En
el Vacío no hay color, ni sonido, ni olfato, ni gusto, ni tacto, ni
pensamiento.
En el Vacío no existe percepción
de los sentidos. No hay ignorancia, ni ilusión, no hay degeneración y muerte,
por lo que no hay cese o extinción de ellas. En el Vacío no hay sufrimiento,
por lo que no existe: ni causa, ni cese, ni sendero, a él. No hay sabiduría, ni
su obtención, ni no-obtención.” (Hannya shingyo)
Aparte de la
Habitación no existe nada. “Si ves al
buda, ¡mátale!” (Koan)
La Habitación
es el Buda, eterno y absoluto, cuyos nombres se cantan cada mañana en los
templos, los nombres de los siete budas, del pasado. El Único y eterno Buda.
Shakyamuni y Jesús, realizaron que desde
siempre habían sido, “Todo”. Iluminados o en la Ignorancia, nada había
cambiado, nada habían obtenido, solamente caminaron ligeros y libres, sin
pronunciar palabra nos transmitieron todo cuanto era necesario: “Tú vivirás en
el Padre, Tú serás Buda, donde siempre has vivido, lo que siempre has sido”.
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