Es sorprendente
cómo una pequeña incidencia, puede cambiar la evolución de una vida, de un
planeta. Hace aproximadamente un millón de años, probablemente producido por una erupción,
un rayo u otra incidencia, se originó un fuego que fue aprovechado por una
especie de la época, probablemente primero para calentarse y después le fue
descubriendo nuevos usos.
Este pequeño
hecho, originó que el hombre necesitase leña, para mantener y producir el fuego
y posteriormente encontrar nuevos combustibles para calentar sus viviendas,
cocinar, moldear minerales y en general para muchas de las necesidades que se
había creado en su vida. Se cortaron bosques enteros, se horadó la tierra para
encontrar combustibles y murieron gran cantidad de animales al no tener donde
vivir y cambió las pautas climáticas y sísmicas del planeta.
Se crearon
grandes monocultivos para eliminar el hambre y se propagaron las plagas que
atacaban esas plantas, se extinguió a los que se alimentaban de lo que se había
eliminado y aumentaron los depredadores de las plagas.
Generalmente el
agujero de ozono, el cambio climático y todas las grandes cosas comenzaron como
algo insignificante y necesario. La industrialización a lo largo de los ríos,
cambia la temperatura de sus aguas, tanto como su composición, lo que afecta a
la producción de los vientos en su encuentro con los océanos. El corte de árboles,
el establecimiento de paneles solares y los aerogeneradores, las presas de
agua, el control de animales y su explotación alimentaria. Todo ello nos lleva
en una dirección, pero no sabremos realmente dónde, hasta que no tengamos que
resolver los problemas que conllevará.
El otro día
leía sobre la defensa de los animales, pero como casi en todo, nos situamos en
los extremos. ¡Terminemos con: las pruebas de laboratorio con animales, con las
corridas de toros, con el maltrato animal, incluso algunos opinaban que también
con los cazadores y los maltratadores!.
Tendría 9
años cuando fui por última vez a ver los toros, deje de matar pájaros de niño
tras matar uno con el tirachinas y verle la piedra clavada, casi tan grande
como él, no he tenido mascotas pero si una buena relación con las de las
personas que conozco, incluso algunas que no, vienen hacia mí para que las
acaricie, no soy cazador, ni pescador, soy vegetariano y sobre todo me gustan
los animales en libertad, no como mascotas para hacer compañía a la soledad de
alguien, o ser la extensión de una persona.
Pero al mismo
tiempo intento respetar a los que viven diferente a mí, comiendo carne, gustándoles
los toros, incluso a cazadores y pescadores. También a los granjeros y
matarifes que tienen que criar y matar, millones de animales que han vivido
encerrados y sin relacionarse con sus congéneres, engordados con hormonas y antibióticos,
para ser consumidos y comidos por personas que defienden a los animales o que
no les preocupan.
Argumento dentro
del respeto con las personas que no les importa asesinar fetos, porque no les
vienen en buen momento o porque les producen pingues beneficios, entre las
cuales hay defensores de los animales. Con los que defienden la eutanasia,
porque la vida es dura.
Pienso, si nos
gustaría que hubiese: lobos, osos u otros animales, viviendo en libertad en los
parques de las ciudades, los bosques y los montes. Si pensamos que es mejor,
que se extinga el toro de lidia, porque es muy caro mantenerlos para no tener
beneficio y que desaparezcan las corridas. Si no sería mejor que las mascotas fuesen de la ciudad, paseando
libres por ella, no para no sentirse alguien solo. Si los animales para consumo,
no deberían vivir en libertad en grandes extensiones de tierra y vivieran su
vida antes de servir de alimento.
Es difícil,
imaginar las consecuencias de un pequeño cambio a largo plazo, para mejorar
muchas veces la vida de alguien, hemos destruido especies y bosques enteros,
hemos cambiado las costumbres y los ciclos de muchas especies con nuestros vertederos
de cosas que no necesitamos, hemos terminado con grandes extensiones de monte,
para hacer ciudades, carreteras, aparcamientos, industrias, hoteles, minería,
cambiando nuestro planeta hasta tener problemas para vivir en él.
En todos estos pequeños principios y su
desarrollo, ha habido algo que ha faltado y creo importante, “no ha habido
respeto”. No lo tenemos con nuestro cuerpo, nuestras emociones, con nuestra mente.
No lo tenemos con los demás, ni con la vida que nos rodea. No respetamos que
somos diferentes y que hay que dialogar con razonamientos y criterio, estas
diferencias para llegar a una convivencia. No respetamos, por encima de todo a
la Vida que somos y a nuestro Ser, que no vive esa dualidad separadora, sino de
integración.
Rechazamos el maltrato animal, mientras nos maltratamos a nosotros, a
los demás, a los niños, a los mayores, por no saber. RESPETAR, ni RESPETARNOS.
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