Es
impresionante, la evolución que hemos tenido desde que aparecimos en la tierra.
En alguna parte de nuestra memoria, están esos tiempos en los
que no sabíamos hablar, compartíamos todo como los animales, no poseíamos nada,
errando vagabundos por toda la Tierra, sin país y sin tierra, comiendo de lo
que la tierra nos proveía. Expuestos a comer cosas que nos podían envenenar y
arriesgando nuestras vidas para cazar algo de carne, y compartirlo entre todos,
incluso con los grupos que nos encontrásemos en nuestro vagar.
Afortunadamente
fuimos evolucionando, al ver que otros habían comido anteriormente de las
plantas del lugar donde habíamos llegado, que había muchas y una cueva donde
guarecernos, nos quedamos a vivir sedentariamente en el lugar. Teníamos comida
de las plantas, caza del bosque, agua del río y una cueva estupenda.
Finalmente,
tuvimos que echar a unos grupos que pretendían comerse nuestros alimentos, y a
los que eran demasiado débiles para cazar y traer comida, los echamos de la
cueva. Los muy ignorantes, se hicieron cuevas con troncos caídos y piedras, lo
cual nos hizo reírnos mucho, al verlas tan ridículas y pequeñas. Un día, uno de
los que más cazaba, al pasar por una de ellas entró y le gustaron las vistas y
lo cerca que estaba del agua.
Se quedó a
vivir en ella y como le pareció pequeña, le dijo al inútil, que la hiciera más
grande y que se hiciera otra pequeña para él.
Poco a poco
los grandes y poderosos cazadores, se fueron a vivir a las cuevas construidas
por los parias y debido a su dedicación a la caza, les dijeron que las hicieran
más grandes, pues ellos estaban acostumbrados a vivir en los grandes espacios
de las cuevas naturales.
Aprendimos a
criar las plantas que nos gustaban y sabíamos que no nos enfermarían, para lo
cual, solamente tuvimos que cortar el bosque, para construir las cuevas más
grandes o quemarlo, para sembrar el sitio liberado.
Cansados de
ir a cazar y los peligros que había en ello, comenzamos a criar animales cerca
de donde vivíamos y matamos a los que no nos gustaban o eran peligrosos.
Al observar
que algunos éramos los que más aportábamos al grupo, exigimos tener beneficios
por ello, finalmente tuvimos que quedarnos con lo que cazábamos o cultivábamos,
y si alguien quería algo, se lo cambiábamos por lo que tuviese y nos
interesase. Pronto, nos dimos cuenta de que si éramos fuertes, podíamos
quedarnos con lo que traían y no darles nada o darles lo que quisiésemos.
Con el
tiempo, al ser menos los fuertes, y quedarnos siempre con lo que nos apetecía,
nos dimos cuenta de que el espacio para guardarlo todo, era demasiado. Con lo
que se nos ocurrió una idea, que con el tiempo se llamó el invento del dinero.
Como para
conseguir el poder, alguien tenía que hacer lo que necesitábamos, nos dedicamos
a pelear con los vecinos más débiles y obligarles a hacer cuanto nos apetecía.
Les prohibíamos entrar en lo que decíamos era nuestro y nos quedábamos con todo
lo que tenían. Con el tiempo, se le llamó esclavitud y por un periodo largo de
tiempo fue divertido y el mejor método para ser rico y poderoso.
Al final, las
guerras eran caras, los vasallos eran cada día menos obedientes y fuertes,
debido a que no se nutrían bien en los periodos de paz, según ellos porque no
les dejábamos suficiente. Por lo que había que pedir mucho dinero prestado;
ante la imposibilidad de eliminar a todos los prestamistas, puesto que era
necesario su dinero para las guerras y fiestas, hicimos un nuevo avance para la
humanidad.
Quitamos la
esclavitud, les dimos a los ciudadanos suficiente para llegar a fin de mes, y
creamos los bancos, para guardar el dinero de los pobres y mantenerlo seguro.
Así sin necesidad de usar nuestros bienes, podíamos: hacer guerras, fiestas,
vivir como quisiésemos y lo único que teníamos que hacer era mantener la pobreza
y la necesidad y dependencia del pueblo.
Les hemos
creado una vida de libertad, en la que solamente: tienen que hacer lo que se
les dice, pensar lo que se les permite, hacer lo que necesitamos y no molestar.
Nunca se le debe complicar la vida al pueblo haciéndole pensar.
Para evitar
equívocos, se ha creado el sistema de enseñanza que les enseña la verdad, la
realidad:
“Hace mucho tiempo nació un mito
sobre un ser llamado Ser Humano, al conjunto de estos seres mitológicos se le
llamó humanidad. El mito fue causado por un error al escribir la palabra,
especialmente en español.
La palabra original estaba compuesta por “un” y “manidad”, cuya
traducción correcta es: “una sola mano”,
puede ser la derecha o la izquierda, por lo que al final solamente puede quedar
una.
Todo aquel que siga creyendo en
seres humanos, la posibilidad de usar ambas manos, o que usando las dos se trabaja
mejor, será castigado a tocar el violín o como se dice coloquialmente, será “violado”
(palabra derivada de violín) en sus derechos, por el centro.
Pensar que una vez fuimos seres sin progreso, ni progresismo, que
usábamos las dos manos y pies, que éramos vagabundos sin posesiones en la
tierra, que no teníamos país al que pertenecer, que solamente nos alimentábamos
de lo que la tierra nos ofrecía y lo compartíamos con todos, que solamente nos
podíamos comunicar por medio de la solidaridad y el amor, porque no sabíamos
hablar, que los fuertes se dedicaban a proteger al débil y que la tierra era un
lugar inhóspito lleno de árboles, animales y peces.
Afortunadamente hemos evolucionado, somos gentes libres, en una tierra
sin árboles, animales peligrosos, ni peces. Todo ello gracias a nuestros
bienamados, poderosos y magníficos poderes: económico, político, cultural y
social, que nos dicen lo que tenemos que pensar, creer y hacer, para
permitirnos llegar a fin de mes.
Este artículo fue publicado anteriormente el 22-2-14
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