Es difícil no
encontrar en cualquier grupo o clasificación social, personas que no están en
ellos por los valores que supuestamente, los ha agrupado o introducido en una
calificación social. Hay personas vegetarianas que no tienen ninguna simpatía o
afinidad con los animales, simplemente son vegetarianas porque les importa su
salud o por necesidad fisiológica. Dentro de los que comen carne también, los
hay que aman a los animales, los que le son indiferentes y algunos incluso
pueden odiarles. Pero en
general la mayoría no sabemos cómo son sacados adelante, esos alimentos, esas plantas y animales que ante todo son para comer. Lo que más nos importa a la mayoría, es su aparente o real calidad y el precio.
general la mayoría no sabemos cómo son sacados adelante, esos alimentos, esas plantas y animales que ante todo son para comer. Lo que más nos importa a la mayoría, es su aparente o real calidad y el precio.
Qué respeto,
gratitud o sentimiento, tenemos respecto a esas plantas y animales, aparte de
comer deprisa sin apenas saber lo que nos estamos tragando, solemos hacerlo
atendiendo a cualquier tema menos al de comer, deseando acabar para poder hacer
algo necesario según nosotros. Deben de estar orgullosos de entregarnos sus
vidas, para que continúen las nuestras, la gran cumbre de la creación, “los
seres humanos”, que llenos de gratitud por la ofrenda recibida, se la tragan
sin un solo pensamiento para: los que entregan su vida, los que la han cuidado,
los que fueron a comprar y los que tuvieron los alimentos, a quien cocinó, a
los que no pueden comer y los que mueren de hambre. Me conmueve la gratitud que
manifestamos por esa vida, que nos tragamos sin saber ni lo que es.
Pero modificar
esto es un trabajo personal, probablemente desarrollaría una mayor capacidad de
gratitud, una visión diferente de las plantas, los animales, incluso de los demás
que hacen posible que podamos comer. Quizás podríamos hasta aumentar nuestra
gratitud por la Vida, que mantiene las nuestras, pero, ¿para qué trabajar o
esforzarnos en mejorarnos a nosotros, cuando podemos hacerlo con los demás?.
En nuestros días
hay un gran número de grupos que defienden a los animales, en ellos, como en
cualquier otro tipo de grupo, las motivaciones de sus integrantes supongo que son
muy variadas. Hay quien se ha criado con animales de compañía y los ve como una
parte del grupo, supongo que unos ven la compañía que el animal les hace y
otros convivirán con ellos, de la misma manera que hay quien cree que, amigo es
el que se entrega a los demás y otros que, es quien está cuando lo necesitas.
En la mayoría
de los posts que he leído acerca de la defensa de los animales, siempre valoran
lo que reciben del animal, que hay que corresponderles por lo mucho que recibimos
de ellos. Pocas veces los vemos como Vida, como nuestros iguales en la
diferencia, como una parte de la Vida que somos, que deberíamos amarlos porque
son ellos, lo que sean, sin mirar si recibimos más o menos de lo que damos,
como si amarlos fuera un negocio.
Hay también
muchas personas organizando grupos de defensa de los animales, para que no les
hagamos sufrir, tengan una vida digna, y principalmente sus objetivos más proyectados
en la actualidad informativa son: la vida salvaje, los usados en laboratorios,
el cuidado de los que llamamos mascotas y las corridas y festejos taurinos. Personalmente
pienso que las metas son dignas de loa y estoy de acuerdo con ellas.
Lo que si me
ha llamado la atención son: las manifestaciones de odio a quien piensa
diferente, el deseo de imponer que cambien los demás sus costumbres, la
violencia usada a veces, con esto no digo o pretendo decir que sean mayoría,
probablemente sea una minoría, pero me ha llamado la atención.
En estos
grupos hay quien defiende estos derechos animales, y también el aborto, la
eutanasia y si viven en áreas donde hay animales salvajes, que los maten para
que no ataquen a las personas.
Supongo que
entre los toreros, habrá muchos que amarán a los toros, probablemente al menos igual
que los que defienden que no se toree, que entre los que acuden a las corridas
o van a los festejos, también habrá quienes admiren, respeten y amen a los
toros y demás animales.
Nuestras comodidades,
nuestro modelo de sociedad, incluso el de los defensores, hacen que estas cosas
sean difíciles de implementar y que los animales salgan beneficiados de los
acuerdos, porque lo más normal en nuestra sociedad, es que el día que no se
obtenga algo de ellos, desaparecerán. Es triste, pero hay que mirar nuestra
historia, nuestra relación con el entorno.
Hasta los
defensores, lo argumentan con “tanto cariño, fidelidad, compañía, sinceridad, como
nos dan”, de la misma manera que si no dan beneficios, simplemente desaparecerán.
Creo que sería
mejor para los animales, no que luchásemos por su bienestar, por prohibir
costumbres, sino que luchásemos por agradecer primero, su sacrificio de la entrega
de sus vidas para mantener las nuestras, comiendo con respeto, para que
solamente los estrictamente necesarios muriesen, desarrollar nuestra gratitud,
LA MÍA por la Vida, probablemente nos llevaría no solamente a respetarnos a
nosotros y entre nosotros, sino a la Vida que compartimos con la Creación.
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