"No hay incendio como la
pasión: no hay ningún mal como el odio" –Buda
A veces y con
toda la razón, luchamos, combatimos y nos llenan de rabia las personas que:
maltratan los animales, los corruptos, las infieles, las que no viven con la
dignidad que marcan las costumbres.
“El odio nunca se extingue
por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una
antigua ley eterna”. Buddha. Dhammapada.
“El resentimiento no se calma
con el resentimiento, solo con amor paciente deja de existir, ésta es una
verdad constante”. (The Theaching of Buda).
Son cosas que nosotros obviamente, pondríamos en el
platillo del bien, de lo correcto, sin tan siquiera preguntarnos dónde lo pondría
la Vida, en que platillo se subirán mis sentimientos, mi actitud. He vuelto a leer las palabras del Buda, “el odio, el resentimiento, se extinguen a
través del amor y la paciencia”. Bonito, ¿verdad?, pero sigo sin saber en
que platillo se han situado.
“Por pequeño que sea un
deseo, te mantiene atado, como el ternero a la vaca”. Dhammapada 20:12.
El Buda no
define con claridad la situación: son los deseos buenos, son los malos, son
solamente algunos tipos, son todos. El Buda simplemente nos dice, que solamente
se necesita un pequeño deseo, uno solo, para perder nuestra naturaleza de
Libertad.
“No ofendas a los demás como
no quieras verte ofendido”. (Udanavarga 5:18).
A veces
odiamos a las personas odiosas, a las que: no tienen buenos sentimientos,
maltratadoras, a las que hacen daño, a las deshonestas, las violentas, las
ambiciosas, pecadoras, a todos los que merecidamente se han ganado nuestro
odio.
¿En que
platillo se asentará ese merecido odio?, ¿cual será su consecuencia en el
futuro?, cuál será su consecuencia, en
qué transformará mi ser, en qué dirección influenciara en transformar la
manifestación de la vida, cuál será la consecuencia que dejará en la herencia
que recibirán nuestros hijos.
Hay odios y
rencores, actitudes y peleas, que consideramos legítimos. Podemos odiar y
desear el mal, incluso la muerte de la persona, que tiene tanta frustración,
tanto odio hacia sí misma en su interior, como: para maltratar un animal, o una
planta, o incendiar un bosque, incluso hacer una manifestación y destruir y
dañar a los demás diciendo defenderlos, ser un terrorista que obliga a los demás
a ser libres según sus creencias. Pero no sabemos, si los odios legítimos o
ilegítimos están o no en el mismo platillo.
"En verdad que vivimos felices si no
odiamos a aquellos que nos odian, si entre hombres que nos odian habitamos
libres de rencor". Buda. DHAMMAPADA.
No se si el Buda tendrá o no razón. Pero a
veces explicaría el por qué los resultados que obtenemos, no son los esperados,
por qué el fiel de la balanza de la Vida, inclina la Justicia hacia el lado que
nosotros vemos equivocado, porque nuestras vidas son como nosotros las hemos
creado.
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