Vivimos en
una época que quizás lo que más reclamamos es libertad, y en caso de no obtenerla,
al menos que nos den los medios para conseguirla, de los cuales, los tres
imprescindibles para nosotros son: Dinero, dinero y poder hacer lo que
queramos. Esto incluye el que todo sea comprable, que no halla dignidad, que
nos arreglen y arreglen todo lo que no hemos respetado, el hacer lo que
queramos pero no ser responsables de las
consecuencias, el que nuestro compromiso con alguien o algo, termine en cuanto es pronunciado o antes, el que todos los demás deben comprender que nuestro bienestar y deseos están por encima de ellos, y que ya sabían que lo habíamos prometido simplemente para obtener lo que deseábamos.
consecuencias, el que nuestro compromiso con alguien o algo, termine en cuanto es pronunciado o antes, el que todos los demás deben comprender que nuestro bienestar y deseos están por encima de ellos, y que ya sabían que lo habíamos prometido simplemente para obtener lo que deseábamos.
Con algunos
matices, este es más o menos el concepto de libertad que pienso, es manejado
por las mayorías, en el que libertad=dinero, con ello puedes hacer tu voluntad,
tanto en la tierra como en el cielo. Al igualarte y ser dueño de dios, “Don
Dinero”.
En los
tiempos antiguos, la idea de libertad estaba en que dios, te lo daba todo, era
dueño de todo, te decía cómo debías vivir, te había creado y si no obedecías
sus leyes y le adorabas, eras castigado. Prácticamente todas las religiones tenían
el mismo concepto de dios y por extensión la vida y su libertad. Viendo las
ventajas, los poderosos se declararon representantes de dios en la Tierra, y
humanizaron el poder de dios, haciéndose reyes y nobles: de la morralla, del
populacho, de la baja clase, más conocido en democracia en los tiempos modernos
por “el pueblo”, en el que reside la libertad de obedecer.
Cómo decía
alguien famoso, “La verdad os hará libres”, simple, sin dinero, sin poder, sin
castas, sin clases bajas o altas, simplemente siendo tu verdad, siendo lo que
realmente eres, diciendo lo que piensas, haciendo las cosas, siempre que te
hallas comprometido o cuando son necesarias, siendo responsable de lo que
dices, piensas y haces, porque en ello manifiestas lo que eres, no lo que has
hecho contigo, sino al ser humano que eres.
Hemos hecho
tantos matices de la verdad, entre el blanco y el negro, la hemos adulterado
tanto, que ahora el problema es poder reconocer la verdad. No pudiendo
reconocer la primera fase, el primer paso, en el encuentro de la Verdad, la
hemos perdido.
En las
relaciones siempre exigimos, sinceridad, la verdad, por encima de que sea dulce
o amarga. En los años de mi vida, pocas personas han aceptado oírla: uno de los
poemas publicados, era dedicado a una amiga con la que estaba saliendo. En mis
tiempos jóvenes, todavía las amigas te decían que querían llegar nuevas al
matrimonio y lo mínimo que te pedían era decir que las querías o que era tu
novia, eran los dos carnets de acceso a los derechos. En el poema la amiga me
dijo que: “quiero ser tuya”, en mi
inocencia, le escribí el poema: “un día
dijiste, quiero ser tuya, ¿por qué mía, si eres tuya?, me dejó, ¿Cómo pretendía
salir con ella dándole libertad para decidir? Me ha tocado consolar a muchas
amigas, que habían salido con mis amigos, porque en pocos días eran novios, y
en cuanto eran novios de verdad, firmado y consumado, se terminaba la relación.
Yo he salido con amigas durante años, a la mayoría nunca las he dicho “te quiero
o que éramos novios”, pero nunca las engañé, tras años de salir juntos, ha
habido ocasiones en que teniendo ya piso, he tenido que decir vamos a dar una
vuelta, al regreso he preguntado y ahora que piensas, la respuesta “ha sido, no”.
Me han preguntado muchas veces que si éramos novios, que si no, no podían darme
derechos, al final me han dejado para darle los derechos de autor a otro que
era novio, hasta firmar el contrato.
Triste verdad,
esa verdad tan añorada que creemos que podemos vivir con ella, y casi nunca la
aguantamos, si alguien nos habla con la verdad, preguntamos mil veces si es
necesario, hasta que nos dicen lo que queremos oír. Solamente nos interesa la
verdad que no necesita: responsabilidad, honestidad, compromiso con los
acuerdos, o saber qué es lo que prometemos, porque lo único que queremos son los
resultados o realizar nuestros deseos.
¿Cómo construir
una Vida de Libertad, sobre estos cimientos? Nos preguntamos: ¿por qué los políticos,
los poderes, los que tienen dinero, no cumplen lo que prometen, por que no nos
dan libertad?, en nuestras relaciones, difícilmente podemos utilizar, construir
la base donde edificar nuestra libertad, la sinceridad, la verdad.
Somos los pobres, el populacho, la morralla, los que en nuestras relaciones
fallamos, los primeros que: olvidamos que nacimos seres humanos, que somos manifestación
de la Vida, que siendo cada uno único, solamente la responsabilidad, el
compromiso, la sinceridad, nos llevará a manifestar la Verdad de lo que somos, porque
esa Verdad es la Vida, que es Libertad. Somos, los pobres, la mayoría, que tenemos
que realizar la verdad, porque todos seremos reyes, pero solamente quien vive
y realiza la Verdad, reinará en el Universo llamado Libertad. Nos hemos
perdido, porque no hay libertad que perder, somos la Libertad.
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