No pretendo molestaros

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Yui Shin

domingo, 19 de octubre de 2014

LA RESPIRACIÓN DE DIOS

          Es común a muchas filosofías y religiones que en el comienzo de la forma, la materia o el ser humano, una vez creada la forma a continuación se le insufló la Vida, por medio de la respiración o el aliento del Ser.
          En hinduismo, el universo se expande en la exhalación de Brahma y se contrae con la inhalación creando así un ciclo de vida de la manifestación. En el cristianismo y en otras religiones y filosofías del medio oriente, se crea la forma y es por medio del aliento del dios, como se le concede la vida, el ánima o principio de vida. Este aliento le concede el principio de Vida que concede el Espíritu.
          En una existencia absoluta, infinita y eterna, obviamente Dios ha tenido que estar respirando con anterioridad, probablemente el Universo es su cuerpo, su forma, su creación, pero está vivo en Unidad, siendo Él, en una existencia que no tiene percepción de ser.
          ¿Qué es lo que le es concedido a la Creación, al Universo, a la Vida Manifestada, con ese aliento de Vida, con ese soplido de exhalación espiritual, de ánima divina. La vida que es recibida es la de la individualidad, ese espíritu de consciencia individual, es lo que permite por primera vez que la Libertad existente por Naturaleza del Todo, pueda ser ejercida por voluntad. Esta individualidad es perfectamente entendida por el Universo, que siendo lo que es no deja de formar parte o estar integrada en el Todo. Es la humanidad la que junto con la facultad de ejercer su individualidad en libertad, piensa que es independiente del resto del Universo, que está hecho a imagen y semejanza de una entidad que siendo Todo, está formada por partes separadas, algo que fracasa por propia incongruencia, pero que hace de ello el máximo exponente de meta para la humanidad.
          Las consecuencias solamente a nivel de respiración, hace que el ser humano halla perdido la capacidad de respirar profundamente, de respirar sin angustias, sin problemas, sin dejarse el alma en los constantes suspiros. Ha perdido la verdadera respiración que nos fue concedida, la del propio Espíritu, el aliento no de vivir sino el de ser Vida.
          Para que no olvidemos las consecuencias de creer que somos entidades separadas, por el corte de un simple cordón umbilical, sellamos nuestro compromiso con la Vida de aceptación de que: nuestra libertad, individualidad, responsabilidad de defender lo que somos, de la aceptación de ser alimentados por el mismo aliento que el resto de la vida en la Tierra, el aíre, firmando dicho acuerdo con nuestra primera, inocente, natural y profunda respiración. Nuestro compromiso es respetar nuestra individualidad, sin olvidar por quién somos alimentado, por quién podemos vivir en libertad individual, “El aliento de Vida del Ser”.
          Si tenemos la idea equivocada de que solamente los humanos, los animales, o los animales y las plantas participamos de la respiración del Espíritu, solamente tenemos que mirar las tormentas y vientos en la tierra, unas veces simples respiraciones, otras toses o exhalaciones de gritos de dolor en forma de huracanes. Si no fuese suficiente, podemos mirar las tormentas solares, cuando el sol lanza sus suspiros, o toses, o las interestelares.
          No, no fuimos los únicos en recibir el aliento de Vida, el Universo en su totalidad es el aliento de la Vida, última consecuencia de la respiración. Solamente podemos conservar nuestras vidas el tiempo que somos capaces de respirar, porque la respiración, el aliento que recibimos con nuestra individualidad, solamente puede ser mantenida por nuestra propia respiración. Cuando dejemos de respirar, solamente seremos Vida, pero sin consciencia o percepción de ella.
          Nuestro cuerpo, vive en nuestros padres, en su dualidad, una parte en la madre y otra en el padre. Una vez unidas, todavía no somos nada separado de a quien pertenecemos, somos una parte de la madre, alimentados, cuidados, protegidos y todavía siendo uno con ella. Ella no nos ha percibido tampoco, todavía no nos hemos manifestado, un día nuestra dualidad se hace latente, por un tiempo seguimos siendo uno, ella respira y nosotros vivimos gracias a la respiración de ese todo del que formamos parte. Solamente cuando el cordón umbilical es cortado y por primera vez respiramos, cuando nuestra individualidad cobra vida pasando a ser una parte de la familia que respira el mismo aire de vida. Esta familia nos cuida y protege, para que un día realmente podamos ser una manifestación de la Vida que siendo individualidad libre, e independiente, no deja de formar parte de la Única Vida, cuya respiración nos mantiene.

          Es la respiración la que manifiesta, nuestra actitud, nuestro compromiso, nuestra individualidad, pero sobre todo nuestra aceptación y compromiso con la respiración que nos mantiene, con el aire donde mora para alimentarnos, con la Vida que hay en el aíre, con la Vida que nos permitió respirar no para separarnos, sino para que la manifestáramos en libertad. Solamente esta respiración es la que permite que seamos felices, porque es la respiración de la Vida, que es la fuente de Felicidad. Cualquier tipo de actitud, impide una respiración natural, profunda y relajada, única que puede hacer la Felicidad.


2 comentarios:

  1. Limpio mi mente, y cuento de 10 hasta 1 y después no dejo entrar ningún sonido, idea, pensamiento, o frase que interrumpa el poderoso sonido de la voz de Dios, no entiendo literalmente, pero entro y muero a mi mismo y se eleva mi alma hasta el infinito.

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    1. Ese "yo" que limpia, su mente, que no deja entrar ningún sonido, idea, frase o pensamiento, es también al igual que todo lo que trata de impedir: "La Voz de Dios, Su Respiración".
      Es ese "yo" el que piensa o vive la inexistente separación.
      El alma que se eleva es la del yo, que la siente todavía suya. No es destruir la dualidad el objeto de la Meditación, sino que no haya nadie meditando, que incluso la Dualidad se manifieste como Absoluto, que la Meditación sea Absoluto, nada fuera ni dentro.

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