Este sutra es cantado, en los templos
Budistas, parte antes y parte al final de las comidas. Para recordarnos, la
procedencia de lo que recibimos, la actitud con la que debemos hacerlo, para
qué debe ser usado, qué debe de alimentar y nuestra gratitud, no solamente al
alimento, a su procedencia y haberlo recibido, sino su dedicación y
ofrecimiento a los que no lo tienen, o les es difícil acceder a él. No
solamente el alimento físico, sino también el espiritual.
La actitud al comer debe ser de respeto y
silencio, para no llamar o que no sea percibida ninguna ostentación, que
atraiga a los espíritus del hambre, tanto como que el alimento es simplemente
para permitir alimentar al cuerpo, para que pueda recorrer el Camino.
Sutra de las comidas.
Buda nació en
Kapilavastu, se despertó en Maghada, enseñó en Varanasi y entró en el
nirvana en Kushinagara.
Ahora abrimos los
cuencos del Tathagata.
Para que, el que da, el
que recibe y lo que es dado, puedan ser liberados de todo apego y
alcanzar la liberación con todos los seres sensibles.
Veneración a la pureza
ilimitada del buda Vairocana, a la forma realizada del Buda Amithaba, a
la forma manifestada del Buda Shakyamuni.
Al Buda del futuro,
Maitreya,a
todos los Budas del pasado, del presente y del futuro en las diez
direcciones, al sutra del Loto de la Ley del Gran Vehículo.
Veneración a Manjusri,
gran Boshisatva de la sabiduría. Al gran y perfecto Bodhisatva Samantabhadra. Al
Bodhisatva de la gran compasión, Avalokiteshvara.
A los innumerables
bodhisatvas, a todos los patriarcas y a la Gran Sabiduría que permite trascender
más-allá.
En primer lugar: debemos pensar en la manera en que nos ha llegado este
alimento. Nuestro agradecimiento a todo lo que ha contribuido a ello.
En segundo lugar: Al recibir este
don, debemos comprobar si nuestras virtudes y nuestra práctica lo merecen.
En tercer lugar: Debemos volver a
la condición normal del espíritu y mantenernos libres de cualquier apego y
avidez.
En cuarto lugar: tenemos que comer este alimento para la salud de nuestro
cuerpo.
En quinto lugar: Tomamos este alimento para perfeccionarnos en la Vía del
Buda.
A todos los espíritus
hambrientos, ofrezco ahora este alimento, que penetre todo el
Universo, espero compartirlo con vosotros.
A los tres tesoros:
Buda, Dharma, Sangha.
A todos aquellos que nos
han ayudado, nuestros padres, nuestros maestros, toda la humanidad.
A todos los seres que
sufren, que son prisioneros de los seis mundos y que no pueden liberarse por sí
solos.
Qué este alimento pueda
ser útil a todas las existencias del universo.
En primer lugar, comemos para cortar con todo mal,
en segundo lugar, para practicar el
bien,
en tercer lugar, para salvar a todos los seres sensibles,
y para que todos juntos hagamos la Vía del Buda.
Con esta agua lavo mi
cuenco, tiene
el sabor del néctar celestial, la ofrezco a todos los muertos para
que les quite la sed, como el rocío de la mañana.
Que en este mundo de
ilusión, vacío e impermanente, podamos existir en el agua cenagosa con la
pureza de la flor de loto.
Nada supera al Espíritu
Ilimitado e Iluminado, así que nos inclinamos ante Buda.
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