Me llamó la
atención que fuese un cementerio, impresionándome su tamaño y que se siga
usando a pesar de su antigüedad y espacio ocupado.
Wadi Al-Salaam, que
literalmente significa: “Valle de la paz”,
es un cementerio islámico ubicado en la ciudad santa de Najaf, Iraq. El
cementerio parece desde la distancia de Google Maps, una ciudad más de Irak
llena de edificios, pero conforme vas acercándote, comienzas a ver que no son
edificios los que conforman esta superficie de 1.485,5 hectáreas y que contiene
millones de cuerpos, por lo que es considerado el cementerio más grande en la
tierra. Si Najaf es una de las ciudades más grandes de Irak, con una población
de casi 600.000. La ciudad contigua de los muertos guarda los restos de
millones, en una extensión de unos 10 kilómetros a lo largo del valle. Wadi
Al-Salam es también el único cementerio en el mundo en el que el rito del entierro
todavía continúa a día de hoy desde hace más de 1.400 años.
Todos sabemos
que en la dualidad del Yin y del Yang, cada uno es la mitad del todo, o de una
individualidad.
Esta mitad
puede ser realizada, marcada, sentida o pensada, en un número infinito de
formas y métodos.
Es sabido,
que cualquiera de las dos al llegar al punto crítico dentro de una
individualidad, se transforma en la otra. Por lo que siempre en cada una de las
mitades o polaridades, potencialmente está la naturaleza latente y potencial de
la otra.
La muerte, el
aspecto Yin de la Vida, ¿cuánto ocupa su mitad en Ella?
Mi respuesta
es Toda, la Vida es Única y Absoluta, y al no haber dualidad en ella, tanto la
mitad Yin cómo la del Yang, la muerte y la vida, ocupan la totalidad de la Vida.
“Ser o no ser”,
no hay dilema cuando es el Ser.
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