También me pregunto
si nos damos cuenta de que cuando nos sentimos: preocupados, con ansiedad,
irritados, con miedos, alegres, doloridos, o prácticamente con cualquier
sentimiento que podamos imaginar, lo primero que hacemos es dejar de respirar o
lo hacemos mal. Todos sabemos que si dejamos de respirar nos ahogamos y
morimos, no es fácil porque nos desmayamos antes, pero llegaríamos realmente a
ahogarnos o morir con un sentimiento lo suficientemente intenso.
Solamente hay
un sentimiento, que origina junto con la buena respiración, el deseo de vivir,
de ser amor, de responsabilidad, de paz, de bienestar, este sentimiento es: “La
Felicidad”.
El que las
emociones y sentimientos sean tan importantes, no hace que sea fácil, poder
manejarlos o dirigirlos, para conseguir esta vida que deseamos. Es por ello que
durante años he intentado que las personas que he atendido, trabajasen con su
simbología de los líquidos. Algo mucho más simple y lo que es más
importante, que no intentamos controlar los sentimientos, que solamente nos produciría
ansiedad.
Los niños suelen
beber agua, orinan en cualquier sitio y con un chorro fuerte, una vida natural
y emocional. Los bebes no controlan sus emociones, tampoco su orina. Solamente al
empezar a vivir las emociones estas son expresadas oportunamente, preferentemente
en el servicio y con el chorro un poco más flojo.
Cuando queremos
ver algo como es realmente, necesitamos una luz natural y buena vista o unas
gafas bien graduadas y de cristales translúcidos, sin color. Hay personas que
no ven colores o que perciben con equivocaciones las formas, pero no ver la
realidad, a veces es simplemente ser soñador o tener miedos.
Es por ello,
que a todas las personas cuando me dicen que beben mucho, les digo que beban
menos y a las que poco que beban más. Cada persona, cada situación, cada
momento, tiene lo que es adecuado, lo correcto, lo mejor: “Suficiente”.
En cuanto a
qué tienen que beber: “Puede beber, 200 litros diarios de whisqui, de
infusiones buenas para lo que sea, de zumos, o de lo que se quiera, esto no me
interesa, lo único que me interesa es: Si no se bebe agua. Dos o tres litros de
agua diarios, si se habla con su cuerpo y le da lo que necesita beber, lo que
pida o necesite”.
Las emociones
en el agua, no tienen color o sabor que las modifique, al igual que las gafas
de ver la realidad, lo que sentimos cuando nos sienta mal el agua o no nos
apetece, bebiendo líquidos con colores y sabores, son nuestras fantasías,
irreal.
Parece ciencia
ficción, pero ha habido niños, que con un solo masaje, comenzando a beber agua
y no aguantándose las ganas de orinar, han cambiado totalmente su actitud y a
relacionarse más con los compañeros. En los niños son fáciles los cambios,
porque no tienen las pautas emocionales arraigadas. Siempre les extraña que lo único
que le pregunto es: ¿Por qué no beben agua? Y ¿por qué se aguantan tanto las
ganas de orinar? Y que les adivine su actitud y reacciones en cuanto a las
emociones.
Creemos ser personas emocionales, cuando la mayoría de las veces es saturación emocional, que impide que podamos vivirlas. Al igual que en la lavadora, hay un ciclo de limpieza que necesita: Vivir, suficiente agua, el tiempo necesario y que el agua que expulsamos arrastre la suciedad, para dejar limpio lo que hay en el interior, y no es la ropa.
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