No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

sábado, 7 de marzo de 2015

EQUIVOCACIÓN Y PERFECCIÓN

          Debo confesar que sí, que entiendo mi idioma y que cuando argumento sobre el significado, sobre todo de un concepto, no quiere decir que no entiendo o que estoy en desacuerdo con lo que me dicen, simplemente siento, que estamos olvidando, que somos nosotros los que le dimos el significado a esos conceptos, tratando de entender y explicar la Vida.
          Durante años he estado argumentando con personas que no querían tener agresividad, porque no lo veían bien. Algo que ha desarrollado nuestras defensas, nuestro sistema inmunológico y que muestra nuestro amor y respeto por nosotros, nuestra integridad, nuestra personalidad y nuestro ser, manifestando la responsabilidad por lo que la Vida nos ha entregado, nuestro ser. Todo por no separarlo de la violencia, que es atacar a otra individualidad, o a nosotros mismos.
          Me ha costado enfados con amigos y amigas, el decir que tener relaciones no tiene nada que ver con “hacer el amor”. Que sentir amor, no tiene nada que ver con serlo. Que el punto de referencia que tenemos para comparar en asuntos de amor, es con la Vida, el concepto de Dios, y no entro en el debate de si existe, sino en el concepto y definición que este concepto tiene.
          He argumentado muchas veces también, pero no tan frecuentemente, acerca de: “La perfección y equivocarse o estar errado”.
          El significado con el que usamos las palabras, es simple. Pero las palabras surgieron cuando no nos bastaba con hacer lo correcto, comenzando a argumentar y a explicar el por qué de hacer algo, lo que queríamos a cambio, las condiciones en las que estaríamos dispuestos a hacerlo, era el convencer a los demás de algo, lo que probablemente fuese el comienzo de la Torre de Babel. Con el tiempo hemos adaptado los conceptos: a nuestros intereses, opiniones, dualidades o simplificaciones.
          Hemos olvidado, que la Vida es la caja donde está el Universo, y el Universo la caja donde estamos nosotros. La Vida es lo que Es, y todo lo que hay en ella es lo que es y para nosotros lo que nos parece, al no poder ver la totalidad de su función en el Universo o su realidad como Vida.
          Lo que sí tenemos es la opinión de cómo tienen que ser las cosas, lo que hace que cuando vemos algo, lo comparemos con: nuestro concepto, lo que hemos leído, lo que nos han dicho, lo que creemos o simplemente lo comparamos con algo. Dado que la Vida no hace dos cosas iguales, es natural que no coincidan absolutamente, lo que al definir una como perfecta la otra sea imperfecta.
          Para que algo sea perfecto: “Simplemente no hay que compararlo, hay que aceptarlo como es, respetar su individualidad y no hacerlo ni con él mismo. Lo que significa que no debemos compararnos con nada”.
          Esto es lo que hace la Vida, por eso es Amor, y digo “ES”. Quizás por eso los Maestros dicen con cierta frecuencia que: “Todo es perfecto, tal como es”. Porque todos somos exactamente como somos, somos perfectos, si no nos comparamos. Cómo decía Confucio acerca de la rectificación de los nombres: “Si los nombres no son los adecuados con sus funciones, no se ajustarán a lo que representan, por lo que habrá que cambiar el nombre, la función o su definición”. Esta preocupación parece que se remonta en Confucio a tratar de retomar el tiempo en el que Tao se aplicaba de forma natural, y no eran necesarias tantas explicaciones.
          Nuestras expectativas, deseos, crítica destructiva, dualidad y falta de opinión propia, nos llevan a utilizar palabras, que sin darnos cuenta van minando nuestra confianza y autoestima, no solamente hacia nosotros sino también hacia los demás.
          Un concepto que nos lleva a ello, es el de pensar con demasiada frecuencia que algo o nosotros estamos equivocados. Es un “gota a gota”, imperceptible, que sin darnos cuenta nos va minando la autoestima.
          Cuando realizamos algo sin esperar resultados, entregándonos a lo que hacemos, sin compararlo con nada, simplemente actuando con las circunstancia que existen en la vida, ¿Qué puede estar equivocado?. Es al mirar los resultados, comparándolos con las expectativas, los deseos o con otros resultados, cuando nos lamentamos de las equivocaciones. Cuando miramos los resultados pasado el tiempo, vemos los errores. Sin pensar que el tiempo continúa, que seguirán cambiando las circunstancias, y el error, la equivocación, unas veces será para bien y otras para mal, unas veces será un error y otras lo mejor que pudimos hacer.
          Pero lo importante es que todo cuanto tenemos es como consecuencia de errores y algunos aciertos: Dios se equivocó al crear la dualidad, pero era necesaria para darnos el libre albedrío; Eva se equivocó al comer la manzana, pero tuvieron hijos; Caín se equivocó inventando la agricultura en contra de las órdenes de Dios, pero que buenas son las ensaladas.
          Creemos que hay caminos equivocados, pero todos están en la Vida; creemos que el mundo se equivoca, pero tenemos que crearlo con nuestra libertad; el mal es una equivocación, cuando en lugar de aprender el bien con él, lo utilizamos para hacer daño; comparamos las cosas y vemos equivocación en ellas, porque no sabemos amar y aceptarlas por lo que son; en general son las equivocaciones las que más nos enseñan, lo que es un gran acierto.
          Que algo esté equivocado o esté o sea correcto no depende de los resultados, que cambiarán de polaridad en el tiempo, sino de nuestra aceptación de lo que la Vida nos está dando, para crear el nuevo presente futuro. La Vida no nos lo da como erróneo o acertado, eso es todo lo que tenemos, que sea acertado o erróneo es nuestra libertad.



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