Hace un tiempo leía un escrito
titulado: “ABRIENDO NUEVAS PUERTAS por Giuseppe Isgró C.” que me gustó, pensando en escribir sobre ello más
adelante, lo copié para no olvidarlo.
El otro día veía un post, en el
que se animaba a donar sangre, en el que mi comentario fue: “La sangre es vida. Cuidémonos y seamos
responsables, para necesitar la menor cantidad posible de los demás”.
En general nuestra sociedad trata
de enseñarnos a ser compasivos, a ayudar al necesitado, algo realmente
encomiable, tratamos de que la gente desarrolle la compasión, algo que está en
las raíces de la propia humanidad.
En “ABRIENDO NUEVAS PUERTAS”, decía en algunos de sus puntos: “La
generosidad mantiene el flujo cósmico de la provisión que debe ser administrada
con extrema sabiduría, ya que, la naturaleza da en justa medida, por cuanto,
todo exceso en un área crearía un déficit en otra.
Jamás temas vaciarte; toda
fuerza vaciante, al retrotraerse, atrae nuevas y más cosas de las requeridas en
ese momento.
Dando y recibiendo fluye la
circulación de bienes y servicios cósmicos que, se mantiene viva cuando
circula.
. . . . . . En la gran madeja
existencial, cada persona es deudora, y a la vez, acreedora, en múltiples
combinaciones de reciprocidad, por lo cual el mecanismo cósmico –es decir, la
justicia divina, la ley de compensación, el amor, el crédito universal,
etcétera-, siempre genera nuevas vías mediante las cuales se pueda recibir la
provisión.
. . . . . Esta compensación
puede llevarse a cabo de miles de formas entrelazadas con efectos
sorprendentes.
. . . . . Abre tu espíritu al
amor y a la confianza en las bondades de la vida. Enfrenta tu propia realidad
con ánimo contento, haciendo todo lo que debes y espera siempre lo mejor; lo
demás viene por añadidura, en el grado correspondiente.
. . . . . . Pero, dale a la
vida lo mejor de tus esfuerzos, buena voluntad, trabajo creativo y estudio
constante.
Aprovecha, cada día, tu
oportunidad, mediante el servicio efectivo, con trato justo y ánimo contento.
Sé tolerante, paciente y
persistente. Hagamos del planeta el mundo anhelado por todos: el reino del
amor, la justicia, la armonía, la fraternidad, el progreso, el bienestar, la
abundancia y la felicidad”.
Como veréis
es un texto que vale la pena leer, me recordó, a todos esos buenos reyes y
nobles que daban limosna y ayuda a los necesitados, a tantas personas que
dedican su vida a los demás, en un mundo lleno de personas necesitadas. Ver la
generosidad en cualquier aspecto de la vida siempre es enternecedor y nos
parece digno de ser imitado. No es una cuestión que es solamente de las
personas, este espíritu de cooperación o ayuda, lo vemos también en los
animales, que a veces son llamados irracionales, siendo que probablemente, esté
más arraigado en su naturaleza este tipo de actitud que en la gente.
Pero el leer
estas cosas siempre me lleva a los textos antiguos, los que intentaban
enseñarnos, el significado de conceptos y costumbres que damos por terminadas y
llegadas a su máxima perfección, recuerdo del Tao Te King: “En la
primera Ley está el origen del caos”, o en los Sutras, cuando
preguntado Subhuti si Buda siente compasión dice: “No,
no puede decirse que el Buda de la Gran Compasión siente compasión”.
Para nosotros
es impensable un mundo sin leyes, sería un caos, una anarquía en la cual sería
imposible vivir, en la que solamente el más fuerte impondría su poder.
Pero, ¿Qué
necesidad habría de que un rey, político o noble, diese limosna o ayuda, si no
se hubiese creado la necesidad, al necesitado?, ¿Por qué habría que irse de
nuestra tierra, crear campos de refugiados, ayudas humanitarias, ni darle de
comer y beber a los niños, si no hubiésemos o hubiesen destruido sus medios, su
cultura, su humanidad?, ¿Qué necesidad de hacer leyes para las guerras, si nos
respetásemos y aceptásemos nuestras diferencias, para enriquecernos?.
Nos hemos
acostumbrado tanto a ver esta sociedad que hemos construido, que pensamos que
es la única posible, por eso pasamos nuestras civilizaciones intentando
parchearla, mejorarla, arreglar sus múltiples roturas. Intentamos desarrollar
los sentimientos, intentando promover el amar, la compasión, la humanidad, la
justicia, sin tan siquiera, ni por un momento intentar recordar, intentar
pensar, sin mirar el pasado que se ha convertido en nuestro presente, por no
haber entendido las palabras de los antiguos, como dice el Tao Te King: “Bajo el cielo, cuando algo se concibe como bello, aparece
lo feo. Cuando todos reconocen algo como bueno, surge lo malo”.
Algo tan
simple como la dualidad, no podemos crear el Yang, eliminando el Yin. Solamente
sobre la injusticia se puede crear justicia, solamente se puede liberar la
opresión, solamente se puede ayudar al necesitado, solamente podemos sentir
compasión ante algo que no deberíamos haber creado.
: “La sangre es vida. Cuidémonos y seamos
responsables, para necesitar la menor cantidad posible de los demás”.
Somos la Humanidad, no debemos ayudar,
ni sentir compasión, ni vivir de acuerdo a las leyes. La Humanidad es: compromiso,
aceptación, unidad, responsabilidad y como Libertad, el hacer, actuar y pensar
de modo correcto, en todo momento, que nos llamemos humanos.
La Humanidad es la Gran Compasión, que
no crea algo por lo que haya que sentirla, por eso se llama Gran Compasión.
Para crear una primera Ley, ha sido
necesario que olvidemos lo que somos, hemos roto la Humanidad. Para volver a
Ella, no hay que crear más leyes, ni poner parches, sino quitar la injusticia
origen de esa primera Ley.
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