Decía el otro
día, acerca de una persona con problemas de menstruación, que generalmente los
conflictos de las partes y órganos propios de mujeres, siempre tienen
connotaciones y algo que ver, con la feminidad y cómo es aceptada y vivida, por parte de
esta persona.
En más de 20
años he tenido mujeres con problemas de estos tipos, la mayoría de las veces
cuando las empezaba a explicar y preguntar, se extrañaban, pues la mayoría
estaba más que satisfecha con su condición de mujer.
Es a veces
complicado, entender en profundidad ciertas cosas cuando se parte con un
concepto básico y equivocado. El concepto, que no por ser simple significa que
es fácil de entender, es el de la relación de los dos aspectos de la dualidad,
el dichoso Yin y Yang.
En general en
todos los aspectos de la Vida, esta relación es de armonía, pues debemos
recordar, que no pueden existir separados o el uno sin el otro. Son interdependientes
y el bienestar de uno depende del bienestar del otro.
La relación de
los dos aspectos de la dualidad, que nosotros aplicamos en nuestras vidas es:
el de la confrontación de uno con el otro.
Lo vemos en
las religiones y sus luchas por la supremacía. Partidos políticos. Empresas y obreros.
Las barbaridades que hacemos por si Dios tiene un aspecto u otro, o por cómo llamarle.
El bien y el mal. Lo nuestro y lo de los demás. Nuestras ideas y las contrarias. Nuestro cuerpo y su espiritualidad.
Mente y emociones.
La relación
en nuestro entendimiento, de los dos aspectos de una dualidad es el de la confrontación,
lo que únicamente puede producir conflictividad y problemas, que al ser
somatizados darán origen a la enfermedad, al habernos convertido en personas
enfermas y fuera de armonía.
Cuando tenemos
mala circulación, el problema es que lo que sale del corazón no fluye
correctamente.
Un “trancazo”,
es que estamos asfixiados y hasta las narices y yo me pregunto, si de mocos
solamente.
Cuando la
Tierra no puede defenderse de nosotros, la enfermedad que aparece o comienza a
manifestarse con asiduidad, es el SIDA, ¿Es por nosotros o por la Tierra?.
Cuando estamos
destruyendo la Tierra en lugar de protegerla y cuidarla, como hacen las células
buenas, ¿El cáncer lo tenemos nosotros o la Tierra?.
De la misma
manera cuando una persona, para identificarse a sí misma, comienza a compararse
o a luchar por conseguir lo que tienen otros, entra en conflicto consigo, lo
que antes o después será somatizado en el cuerpo, que mostrará la cristalización
o manifestación física de ese conflicto.
El conflicto
con la feminidad, no es la satisfacción o insatisfacción con ser mujer, sino el compararse en las situaciones: con el aspecto, condición, derechos familiares o sociales, o
posicionamiento social masculino del hombre. Cuando uno desea algo, cuando uno
pretende conseguir algo, debe ser a nivel individual, en el que los dos
aspectos están en ti, siendo simplemente “yo”, la persona.
En algunas personas
era por comparar sus libertades y derechos con las de los hermanos, otras el
trato social entre hombres y mujeres, otras en el trabajo. No es por exigir,
reclamar, luchar o tratar de conseguir lo que se cree justo, es la comparación
y lucha entre los dos aspectos de la dualidad en lugar de ir en armonía, lo que
crea el conflicto.
Dependiendo de
la naturaleza, intensidad y la actitud de cómo se vive, el lugar, naturaleza e
intensidad de la manifestación de dicha somatización.
La menstruación,
la ovulación y bastantes aspectos, no solamente femeninos sino también
masculinos, se relacionan con los riñones, que son el filtro de los miedos y muestran
cómo se viven las emociones en general.
La masculinidad
y la feminidad, no son opuestos irreconciliables de la Vida, sino uno de sus
funcionamientos, naturalezas, o manifestaciones, que muestran que cada uno de
ellos esta apoyado, sustentado y creado por el otro.
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