Me imagino
nuestra sorpresa si al llegar a un restaurante y pedir un menú. El camarero nos
explicase con absoluta claridad y pormenorizadamente, los ingredientes, la
procedencia y los sabores no solamente de los platos terminados, sino de cada
ingrediente también. Por supuesto sin traernos nada para que el cuerpo pudiese
alimentarse, esto es, comida física y real.
A veces
estudiamos otros idiomas, encontrándonos con cierta frecuencia, que traducir perfectamente
todas las palabras de una frase, no sugiere ningún entendimiento al nativo de
esa lengua. Especialmente en frases hechas, modismos, o los sentidos figurados
de las frases, no tienen nada que ver en un idioma con el otro, en ocasiones para
decir algo en la otra lengua que equipare su significado con lo que queremos
decir desde la nuestra, podemos decir algo que no tiene al principio ningún
sentido para nosotros, pero la otra persona sí que entiende lo mismo que
nosotros con la frase totalmente diferente de nuestro idioma.
Los conceptos
básicos de nuestras vidas, lo más profundo y determinante para el entendimiento,
no solamente de la vida, sino de los escritos antiguos y de sus filosofías, las
religiones y sus explicaciones de la Creación y del surgir de la Vida, las fases
en las que el Universo terminó por manifestarse tal como lo vemos nosotros,
todos esos conceptos: fueron pensados, establecidos, concebidos y usados para
un entendimiento, en una cultura, lengua, pensamiento y sociedad, con grandes
diferencias con la nuestra. Desde ese principio, han sido traducidos una y otra
vez, con un entendimiento que se ha ido adaptando a las costumbres, filosofía,
creencias y estructura social de cada momento y sociedad.
El error que
cometemos, es el de confiar y creer generalmente, que lo importante con estos
conceptos es entenderlos, calificarlos, analizarlos y tener una idea clara de
su significado. Aparentemente no es así, pero lo que hemos hecho a lo largo del tiempo es, que hemos transformado
en sentimientos estos conceptos, que no los vemos en un plano profundo, sino
como algo que sabemos y podemos argumentar acerca de cómo debemos expresarlos
socialmente.
Al igual que
en el restaurante, el conocer todo acerca de estos conceptos, no significa que
nos hallamos alimentado en realidad, no hemos cambiado realmente porque no nos
hemos comido el alimento, no hemos aprovechado sus componentes, no hemos podido
transformarlo en lo que somos y expulsado lo que no hemos asimilado. Son conceptos
para llenar nuestra mente, nuestra satisfacción, nuestra retórica, pero no han
llegado a alimentar nuestras vidas.
No puede
alimentarnos la explicación del camarero, independientemente de su profundidad
y pormenorización. Hay que entregarse a lo que nos es servido en el plato, hay
que masticarlo hasta descomponerlo, hay que salivarlo hasta que forme parte de
nuestra individualidad, hay que tragarlo con amor y gratitud, para poder
digerirlo sin problemas y asimilar el máximo de lo que hemos tragado.
Al igual que
con los idiomas, hay que, no intentar entender todo desde nuestra mente, no hay
que confiar en que la construcción y la sintaxis, son las mismas que usamos o
creemos correctas, porque lo más importante es lo que entendemos y crecemos con
nuestro entendimiento.
Los conceptos,
no es algo concreto y totalmente definido, son formas de intentar expresar las
diferentes naturalezas, percepciones acerca de la Vida y la forma en la que deberíamos
expresar esos conceptos en nuestra vida diaria. Es por ello que lo importante
es escucharlos, sentirlos y sobre todo vivirlos desde diferentes perspectivas,
tantas como podamos aprender e interiorizar, de toda persona o forma de vida que
nos ofrece su entendimiento de cada uno de los conceptos, porque no son
solamente las palabras y las explicaciones, ni tan siquiera verlo expresado por
otras formas de vida. Una vez que el entendimiento penetra en nuestros
corazones, en nuestra alma, solamente queda poder expresarlos en lo que somos,
en nuestro día a día.
Es por ello que en las filosofías antiguas
lo que nos dicen en realidad es: No entiendas, sepas y sientas el amor, hay que
serlo. No conozcas, ni aprendas la letra, la vida y la historia de Dios, tiene que manifestarse
en ti. No hay que esperar a que Buda te ilumine, no entiendas sus enseñanzas,
despierta a Buda en ti. Para ser cristiano, hay que ser uno en Cristo, hay que
manifestarlo, hay que serlo.
Todos los conceptos manifiestan las
diferentes Naturalezas que manifiesta la Vida en sus diferentes expresiones,
pero hay una sola Vida, y es lo que somos, por eso no hay que conocer o
entender los conceptos, sino expresarlos siendo Vida.
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