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Yui Shin

domingo, 17 de mayo de 2015

APUNTES DE REFLEXOLOGÍA-3

DUALIDAD / YIN – YANG


    Todo principio es creado y sustentado por su opuesto.
     Todo principio participa y contiene su opuesto.
     La vida es infinita, las formas que puede manifestar son infinitas, los tamaños, variedades y posibilidades son infinitas. Todo y cada una de las individualidades tienen implícita la infinitud de la vida de la que son parte.
     ¿Cómo podríamos eliminar un solo aspecto sin romper esta infinitud?. Separadas cada una de las divisiones, seguirían siendo mitad YIN, mitad YANG.
 
     El yin y el yang son las dos mitades de una misma individualidad, lo que hace que sean inseparables si no se cambia la individualidad.
     La dificultad de entender la dualidad-unidad en Occidente viene dada por cómo la percibimos. Generalmente toda nuestra filosofía nos lleva a ver la dualidad formada por dos opuestos, esto es, la polaridad representada en una línea recta lo que hace que los opuestos ocupen situaciones separadas, opuestas e infinitamente distantes e irreconciliables. Siempre veremos la pareja formada por dos individualidades, nunca como una única individualidad de pareja.
     La perspectiva oriental por el contrario, ve la dualidad como los puntos opuestos en una circunferencia (más bien una esfera), lo que hace que sean idénticos, el mismo punto, el mismo concepto pero con polaridad contraria, lo cual hace imposible separarlos o anular uno de ellos sin anular el otro, pues son una misma individualidad que tiene ambas polaridades, a pesar de que aparentemente sean dos y se llame dualidad.
Es por ello que el Principio tiene potencialmente al Fin en su Ser y todo es siempre  Final y Principio de algo. Cada momento cada instante es el principio y final del Todo.
     Somos en cualquier momento de nuestras vidas el principio de nuestro futuro y el final del pasado. De esta manera la vida siempre es la unión de los dos: principio y final. Si todo mi futuro comienza ahora ¿Cómo puedo tener un ahora sin pasado?, ¿Cuál es el principio de una circunferencia, cuál su final?. Cualquier punto de ella encierra el principio y el final y sus puntos son infinitos.
     Siendo el concepto de Dios, algo infinito, eterno, en la definición está implícito sin principio, sin fin, lo que no va más allá de cualquier circunferencia. El futuro es engendrado por un presente siempre virgen, engendrado a su vez por un pasado virgen también.
     En medicina el tratamiento de la enfermedad consiste en anular y a ser posible eliminar los estados que definimos como enfermedad, sufrimiento o dolor. Pero ¿cómo cortar de la vida una mitad, sin afectarla profundamente y evitar que la propia vida se defienda y la siga creando?
     Todo nuestro sistema inmunológico, nuestras defensas no solo físicas sino también nuestro tesón, constancia, deseos, nuestra mente analítica, todo cuanto somos se ha desarrollado a partir del esfuerzo por adaptarnos y existir en esa dualidad y dudo que pudiésemos hacerlo en un mundo en el que no se diese dicha dualidad.
     Hoy día vemos que nacen muchos niños e incluso personas que desarrollan siendo adultas alergias.
     Este desequilibrio del sistema inmunológico, dicen los científicos que puede estar influenciado por el estilo de vida que llevamos en el que se intenta esterilizar nuestro entorno, destruir todo tipo de bacterias y circunstancias que consideramos dañinas o nos disgustan. Debido a ello el sistema inmunológico crea como enemigos peligrosos cosas y situaciones que un sistema inmunológico normal reconocería como una situación fuera de peligro y no reaccionaría.
     Relacionando todo esto con el yin y el yang y viendo sus definiciones, arriba-abajo, frío-calor, amor-odio, bonito-feo, enfermedad-salud, vemos que en la vida cuando se divide en dos mitades algo, cada mitad conserva el arriba-abajo, detrás-delante, etc. Y las otras definiciones que no nos parecen tan evidentes también se conservarían.
     Si ponemos la mano bajo un grifo de agua fría, notamos su frialdad, si a continuación introducimos la mano en hielo y volvemos al mismo grifo, el agua que antes era fría ahora la percibimos caliente.
     En cualquier dualidad el concepto se define siempre por comparación y no tiene un valor absoluto, por lo que algo que definimos con un concepto puede perfectamente en diferentes circunstancias o comparado con algo distinto ser definido con el concepto opuesto.
     Esta diferenciación o comparación es el origen y lo que crea el concepto de imperfección en la vida, pues siendo que “todo es lo que es” con respecto a su definición (cuando esta es correcta) siempre es perfecto. Al comparar algo con un concepto preconcebido, otra individualidad, un deseo o idea de ello hace que al no adaptarse parezca imperfecta.
     Todo es perfecto. La vida como absoluta es perfecta tal cual es, por una razón simple “La vida es tal cual es” y no puede ser definida, analizada o hay posibilidad de ser comparada en su aspecto de absoluta, por eso su imperfección nace de nosotros al intentarlo.
Al partir del concepto de que la dualidad y sus manifestaciones tienen un origen común, se realiza que todas las manifestaciones son interdependientes por lo que una manifestación en un nivel está influenciando a todas las demás en todos los niveles, y todas las demás de todos los niveles están influenciándola a ella.
Esto nos sirve para tener la posibilidad de producir cambios en una situación concreta en un nivel, al introducir algo nuevo en un nivel que nos sea fácilmente accesible y que tenga gran influencia en el que queremos modificar.
Por ello se considera que la salud es siempre el resultado de un equilibrio determinado. La buena salud es la manifestación de que existe un equilibrio dinámico que deseamos y el mal llamado desequilibrio, manifiesta otro estado de salud que es el que no deseamos normalmente y que llamamos enfermedad.
    Todo tipo de equilibrio, bien sea este a nivel físico, emocional o mental, está condicionando a los otros niveles y siendo condicionado por todos ellos. Esto nos permite que cuando queremos cambiar uno determinado, podamos hacerlo desde donde sea más accesible, si bien tenemos que terminar siempre tratándolo en el nivel de mayor influencia y más profundo para conseguir el máximo efecto.
     El equilibrio natural debería corresponderse siempre con el de nuestra naturaleza profunda, desembarazada de las influencias que la relación con las circunstancia de nuestra vida nos han creado en forma de fobias, manías, costumbres o como creemos que debemos ser por nuestra educación y circunstancias.
De todo lo que nos ha alimentado en cualquiera de nuestros niveles, hay una parte que no hemos asimilado y todavía está en nuestro interior, esta parte refleja, la naturaleza que nos aleja de la que verdaderamente aceptamos, la que nos impide sentir nuestra Individualidad.
Igual que la comida física que hemos digerido y no hemos asimilado, si no la expulsamos terminará por envenenarnos, independientemente de que los alimentos sean buenos o malos, nos hayan gustado o no, o las circunstancias agradables o desagradables en que los comiésemos. Los alimentos mentales y emocionales que no asimilemos y retengamos terminarán por envenenarnos, enfermarnos y darnos un equilibrio que no deseamos ni aceptamos independientemente de su naturaleza o polaridad.
Entendiendo por asimilar la total aceptación, transformación e integración en nuestro Ser de todas las circunstancias que alimentan nuestra vida, a través de nuestro aprendizaje, actitud y aplicación de ser, lo que somos realmente.

     La vida siempre mantiene un equilibrio perfecto, aunque nos parezca mentira, en nosotros también se realiza esta perfección, no pudiendo apreciarlo la mayoría de las veces por no ser el que deseamos o pensamos que debemos tener, lo que es un error, pues continuamente somos el resultado de nuestras circunstancias conocidas o no, por lo que no hay error posible. Somos el fruto y resultado que las circunstancias y nuestra actitud desde el principio de los tiempos y aún antes, ha producido en este instante.


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