LO FÍSICO Y SUS RELACIONES.
Para
Occidente el Chi es algo misterioso y poco definido, para Oriente es la parte de la Energía que hace
que esta manifieste la vida como la concebimos y vemos. Podríamos decir que el
Chi es el principio y el que determina
la naturaleza y función idónea para la energía, ya que no es exactamente la
energía en sí, y al mismo tiempo tampoco podemos decir que el Chi no sea
energía.
Su importancia en la Medicina Tradicional China, es enorme ya
que con su paso a través de los Meridianos hace que los órganos, los tejidos,
músculos, fluidos, sangre y demás componentes del cuerpo funcionen
correctamente y puedan utilizar la energía universal. Estaríamos equivocados si
pensásemos que el Chi existe solo a nivel físico el Chi funciona en todos los
niveles de la vida y es también el que hace que la mente y las emociones se
manifiesten y funcionen correctamente.
El Chi es el que realmente manifiesta la Unidad y consigue por
tanto la unión en nosotros, del Cielo y la Tierra, Espíritu y Materia, por esto
el Chi se manifiesta por sus resultados
y no por sí mismo. Esto hace que el Chi cuando manifiesta su esencia
única como pensamiento, sea percibido como Chi Mental, en el funcionamiento de
los riñones como una energía renal, en el aspecto físico del riñón como materia
y en cada momento se ve, siente, piensa
o nombra por como se manifiesta en lo que estamos percibiendo nosotros.
El
trabajo de las células siendo individual, solo tiene en mente al colectivo,
esto hace que la unidad o individualidad colectiva funcione adecuadamente.
En
nosotros las células de cada órgano, cada pensamiento o sentimiento con su
trabajo y actitud determinan nuestro estado en cada momento de la vida.
Este
trabajo celular es algo diferente en las células cancerígenas, las cuales
tienen un funcionamiento más antiguo o primitivo, pues es similar al de las
primeras células; cuando lo único importante y necesario era la continuidad de
las primeras manifestaciones de vida y su asentamiento en la tierra, por lo que
su pensamiento principal es sobre la supervivencia individual. Siendo además
que su capacidad de división en el tiempo es mayor respecto a las otras células,
hace que aumente su continuidad en el tiempo.
Esta
incapacidad para sentir el funcionamiento colectivo es lo que las lleva a
conquistar al resto, sin ver que la conquista y destrucción de lo demás
significa su propia destrucción.
La
energía prenatal, original es transmitida por los ancestros desde el
comienzo del universo y la que más se manifiesta en algunos aspectos, es la
aportada por nuestros progenitores en el momento de la concepción. Esta energía
se almacena principalmente en los riñones y no es reemplazable, es la que
determina nuestra constitución y naturaleza básica, lo que recibimos y usaremos
para nuestro desarrollo como seres humanos. Hay otros tipos de energías que
pueden ser reemplazadas o recuperadas por medio de la alimentación física,
emocional, psíquica, mental, espiritual, etc.
El
equilibrio manifestado por todas ellas es el que determina nuestro ser-presente
Todo
lo que sucede o manifiesta en cualquiera de nuestros cuerpos, desde el
principio de los tiempos, sea a nivel energético, mental, psíquico o físico
será reflejado en todos ellos. Siendo que todo aquello que no se realiza o
resuelve equilibradamente en un nivel, se irá manifestando como un problema en
los otros, hasta ser resuelto.
A todo aquello que ingerimos y nos es beneficioso
en cualquiera de nuestras manifestaciones le llamamos alimento. Hay diferentes
tipos de alimentos como la lectura, ver, sentir y cualquier actividad nuestra o
ajena que pueda alimentar a cualquiera de nuestros cuerpos, sistemas o partes.
Ya sea a nivel físico, psíquico, mental o espiritual. Porque lo que los
mantiene y permite que puedan desarrollarse son los alimentos. De ellos hay una
parte que es la verdaderamente importante para nosotros: “la que asimilamos”;
el resto debe ser expulsado o se transformará en toxinas que envenenaran
nuestras vidas, dando origen a las enfermedades, manías, toxicomanías y en
general problemas que impiden el buen funcionamiento de nuestro ser.
La forma en la que seleccionamos,
ingerimos, masticamos, digerimos y asimilamos los alimentos es la que se
muestra a veces como personalidad
(segura o insegura, capaz o incapaz de mostrar sus emociones, amores o
afectos).
Una necesidad o deseo de hacer algo que no
es satisfecho en su origen del plano mental o psíquico se manifiesta como
hambre física. Esto es, la insatisfacción es transferida al plano físico como
una necesidad compulsiva de comer. Diferentes necesidades o deseos se
relacionan con alimentos determinados.
La
buena elección, preparación, masticación y digestión de los alimentos en todos
los niveles, es primordial para poder aprender a digerir y asimilar las
circunstancias de nuestras vidas, pues es el plano físico el que nos permite
practicar y cambiar más fácilmente una actitud de vida, y trasladar este aprendizaje
a los demás planos o niveles. De aquí la importancia de respirar, beber y comer
(los tres tipos de alimentos y sus
tres reflejos: actitud de aceptación, cuerpo emocional, cuerpo mental)
adecuadamente y evitar la retención de todo aquello que no hemos asimilado. Su
devolución a la naturaleza u origen permitirá su reciclado y transformación por
los demás, en productos de nuevo útiles para nosotros. La forma adecuada de
respirar, beber y comer, es la de hacerlo ahora como si fuésemos en este momento,
la persona que queremos llegar a ser.
La digestión debería ser observada como resultado de la selección, estudio,
cuidado, preparación, ingestión, masticación, digestión, asimilación y
expulsión de todo aquello que sirve para mantener, alimentar y desarrollar
nuestra vida, así como la forma y el medio en que lo realizamos.
En otros planos es el nivel de aprendizaje
de algo que todavía no ha sido asimilado, por lo que continúa siendo externo,
no incorporado a nuestro ser.
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