A lo largo de
nuestra historia, grandes y no tan grandes hombres, Maestros, maestros y gentes
comunes, nos han dejado frases para hacernos pensar y desarrollar nuestros
conocimientos.
Ayer leía una
de estas frases, había leído también otras de Krisnamurti, Buda y otras que no
se quién las ha escrito, dentro de ellas hablaban de no juzgar, de no
presuponer, de que el prójimo debe ser respetado y todas estas cosas de las que
hablan las grandes frases.
Como es
natural, la mayor parte de nosotros, estamos de acuerdo con la grandeza de su
significado, además están tan bien escritas, son tan cortas, que no intentamos
añadir nada a ellas, que nos despreocupamos de encontrar un significado más allá
de lo obvio, que la mente de cualquier grabadora puede repetir sin necesidad de
llamarse humana, o inteligencia artificial. Esto es, nos hemos quedado con la
literalidad de la frase.
Hay frases
que hay poco que añadir si no te esfuerzas, otras son fáciles de encontrarle
diferentes caminos al significado. La de ayer es una del tipo medio, ni fácil,
ni difícil, que es lo que podríamos decir de todas ellas y de la mayoría de las
cosas de la Vida, si las haces o sabes son fáciles y si no las haces o sabes
son difíciles.
La frase
es: “Existe una delgada línea entre la arrogancia y la confianza
en uno mismo, y esta última, si es legitima, es un caballo ganador”.
Quizás con la
palabra arrogancia, podríamos irnos por otros caminos, pero si es sustituida
por prepotencia, probablemente mantendríamos el significado pero facilitaríamos
la forma de analizarla. Quizás lo más preocupante y problemático es ese
prefijo: “Pre”, es el culpable de la
pre-ocupación, “querer realizar algo
antes de su momento, antes de que sea posible, ocuparse de lo inexistente por
no haber llegado”. Es el problema de los “pre”, que es “anterior a …”.
Podríamos decir
que “Prepotencia”, sería utilizar una potencia que aún no tenemos o que
ignoramos si la tenemos o no. Arrogancia, siendo que te presupones algo antes
de tenerlo, saber si lo tienes o el deseo de aparentar más de lo que se es.
Si miramos a
lo largo de nuestra existencia, podríamos encontrar a muchísimos individuos que
podríamos acusar de arrogancia o prepotencia, lo difícil sería encontrar a alguien
que no pudiésemos acusar, probablemente aparte de nosotros mismos y a los que
consideramos “grandes”, podríamos contarlos con los dedos de una mano de cinco
dedos.
Por poner dos
ejemplos que no sean fáciles de poner, hablemos de dos prepotencias que
la mayoría conocemos.
Recuerdo la
historia de un niño, que lleno de arrogancia se fue a poner en ridículo a los
grandes sacerdotes y sabios del templo, posteriormente no se lo que querría
decir cuando proclamo a los cuatro vientos, que era hijo de Dios y que tenía un
reino que no era ni tan siquiera de la Tierra, que era extraterrestre y que no
podrían matarle porque estaba por encima de la vida y la muerte. En el pueblo
todos sabían que era hijo de José, que era carpintero y que su madre era
demasiado decente para tener un hijo con otro.
Por si esto
fuera poco, había ignorado las enseñanzas de sus Maestros y quería estar en
posesión de la verdad, declarándose hijo de Dios y que su conocimiento no era
gracias a sus Maestros. Os podéis imaginar lo que pensaban todos los del pueblo
de él, que no solamente le llamaban: “Prepotente
y arrogante”.
El otro, después
de ser criado con amor y rodeado de felicidad, un buen día se marchó para encontrar
el conocimiento supremo, porque los maestros que le habían proporcionado sus
padres eran unos ignorantes. Encontró varios Maestros y todos ellos le
comunicaron que estaba en el final del conocimiento, pero a él le seguía
pareciendo que todos los Maestros y gentes que le rodeaban eran unos ignorantes
y no sabían de lo que hablaban.
Lleno de
arrogancia y prepotencia dijo que él encontraría la verdad, sin tener compasión
de su cuerpo y mente, sin tener en consideración que había abandonado a su
familia, su reino y súbditos, que le había impuesto castigos a su mente, su
corazón y su cuerpo, lo único que tuvo en cuenta fue que él quería ser el
primero en llegar a la verdad. Al final cuando en su arrogancia y prepotencia
no pudo aguantar más, se dio un banquete con la comida de una pobre niña y se sentó
a dormir la siesta debajo de un árbol y cuando se despertó, dijo: “Estoy en posesión de la Verdad”. Y
tranquilamente se fue a ser el jefe de sus amigos y compañeros.
Como podéis
ver la vida esta llena de prepotencia, lo único que si luego nos interesan los
resultados de estas gentes, en lugar de llamarla arrogancia, la definimos por
confianza en sí mismo.
¿Quién pone la línea?, para
decidir lo que es arrogancia, ¿Quién decide a qué lado está situado algo?, ¿Cuándo
una actitud es arrogancia o es seguridad en sí mismo?.
A veces la gente sigue las
reglas, no se pregunta nada, se dedica a hacer lo que le es autorizado de una
manera u otra, confía en que Dios o los hombres harán su trabajo, su
responsabilidad, encuentra culpables para lo que no está hecho o no ha sido
realizado bien.
No sobrepasan lo correcto, no
muestran lo que saben o su potencial, no dan opiniones embarazosas o
arriesgadas, y en última instancia transfieren su responsabilidad a los demás.
“Prepotencia”, sería utilizar una potencia que aún no tenemos o que
ignoramos si la tenemos o no. Arrogancia, que te presupones algo antes de
tenerlo, saber si lo tienes o el deseo de aparentar más (Por qué no menos para
evadirse de la responsabilidad) de lo que se es.
Las frases están bien, pero: ¿Las analizamos, intentamos ver más allá
de la letra, intentamos ver las circunstancias, miramos si es la viga en
nuestro ojo la que nos permite ver la mota en el ajeno. Es el peligro de las
frases morales, son correctas pero incompletas, ese es nuestro trabajo,
entender más allá. Como dice Buda: “No creáis o entendáis una frase por el
simple hecho de que muchos la crean o parezca correcta; creedla después de
someterla al dictamen de la razón y a la voz de la conciencia, y la deis Vida
en vuestro corazón”.
¿los niñ@s son, arrogantes, prepotentes, dictadores...?
ResponderEliminar¿Desconocemos su naturaleza, la ignoramos...?
Nacemos en un camino dado por añadidura
si, caminamos llegaremos al vacuo, vacio...
gratitud, gracias, graciosidad, graciosa...
disipados en todo, sin nada,
abrazando la respiración
kepake