Quién a lo
largo de su vida no ha recibido un regalo, todos sabemos de la expectación al desenvolverlo
o romper el papel, unas veces de regalo, otras de periódicos viejos, algo que
no nos importó, porque lo que verdaderamente ocupaba nuestro ser era el
contenido, lo que había dentro, lo que habíamos recibido. Posteriormente es: quién,
por qué, el darle el valor material y emocional al regalo, intentar encontrar
la intencionalidad por la que hemos sido regalados y si estaremos dispuestos a dar
a esa persona lo que pretendía con el regalo.
Quién no ha
estado sentado o de pies, junto a una ventana o ventanilla, sintiendo de
repente que se ponía en movimiento, con una sacudida de todo su ser. Al ver que
había cosas que no se movían, nos hemos dado cuenta de que lo que se había
movido, a pesar de la sacudida experimentada, había sido el objeto o la persona
que estaba junto al mirador por el que estábamos viendo la vida.
Quién no está
viendo su niñez y sin saber cómo, la imagen cambia para verse en un cuerpo
viejo y rígido.
En todas las
situaciones hemos prestado toda la atención al yo, a ese yo que nos separa de
lo demás, que se manifiesta y nos hace sentir verdaderamente cosas que en
realidad nos están pasando, solamente en nuestra percepción de la dualidad.
He escrito
varios artículos intentando ver la Vida, desde diferentes perspectivas, por
ejemplo en: “La Vida Inexplicable,
Nuestro Origen, etc”. En general mi percepción de la Vida, es desde el
punto de vista de mi entendimiento del budismo, lo que hace que sea un poco
parcial, si bien intento incorporar en ese intento de explicar lo inexplicable,
visiones desde otras filosofías o religiones.
Nosotros al
verla como un regalo, el más importante que recibiremos, porque es el que
permite todos los demás, miramos detenidamente el envoltorio y el contenido. Una
vez que lo aceptamos, nos surgen las preguntas que cualquiera se hace ante el
regalo: “¿Por qué?, ¿Para qué?, ¿Cuál es la intención?, ¿Qué espera de mí?, ¿Qué
voy a hacer con él?, ¿La utilidad que tiene para nosotros?; …..,. Un regalo que
nos ha llenado de alegría, se ha convertido en un mar de preguntas, de dudas, de
indecisiones.
Durante gran
parte de nuestras vidas, hemos sentido que todo el Universo giraba a nuestro
alrededor, sentimos que toda la Tierra nos ha sido regalada para usarla a nuestra
voluntad, estamos justo en el momento, en el que tenemos que mirar para darnos
cuenta de que hay demasiadas cosas que no se han movido, que estamos solamente
mirando por la ventana de nuestro ego y que el movimiento, que lo que creemos
movernos para ir donde queremos, es solamente una ilusión.
Si realmente
más que recibir el regalo de la vida, somos Vida en nuestra totalidad,
probablemente lo que se mueve ante nosotros es nuestra totalidad, desde la
niñez hasta la eterna niñez, de la felicidad a la felicidad, pasando por todas
las situaciones intermedias. Porque siempre salimos del origen, caminando hasta
no haber salido de él.
Es lo que
tiene que la Vida sea Eterna, Infinita, que no es solamente el regalo, es también:
“El envoltorio, la caja, el que regala, el que lo recibe, lo que hay dentro y
todo lo que hay fuera, por eso además es Todo".
Nosotros queremos
saber, su origen o su final, nos preguntamos acerca de su intencionalidad,
porque seguimos pensando que es un regalo que hemos recibido. Todavía solamente
pensamos que somos ese centro alrededor del que todo se mueve, que somos
solamente nuestro ego.
La Vida
siendo Absoluta no es algo que pueda percibirse, pues no hay nada más fuera o
dentro, la manifestación, no es percibida por la Vida, ella está entregada y
acepta Absolutamente lo que ES, por eso su Naturaleza de Amor. No es nuestro
Ser, o lo que realmente somos, lo que percibe la mano, el pie, nuestra mente o
nuestros sentimientos, sino otras partes de lo que somos. Por eso lo que somos,
incluso en nuestra individualidad, no podemos percibirlo, es la misma Ley para
Todo, la Vida y cada átomo: “Nada puede percibirse a sí mismo”.
Por eso la
Vida no es lo que percibimos, ni su manifestación, ni tiene ninguna pretensión,
ni espera o desea nada, no tiene metas, no puede ser regalada, porque en su
Absolutez no hay nada fuera o dentro, que no sea Vida. Es el dentro y el fuera,
el Vacío y el Universo, la Nada donde Todo existe, pero al existir no lo hace
como existencia a nuestro entendimiento, sino siendo Vida.
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