Hoy escuchaba
y veía un vídeo, en el que se explicaban los cambios que produce en nuestro
cuerpo, tomar una de las medicinas que los laboratorios prohíben. Las ventajas en
la salud son cuantiosas, las mejoras en el funcionamiento electroquímico de
nuestras células es impresionante, desaparecen o se mejoran innumerables enfermedades
y el precio es irrisorio, su fabricación sencilla, pudiéndose fabricar, con
ciertos conocimientos y sentido común en casa. No se si llamarla una de las
nuevas panaceas o medicinas milagrosas, o simplemente que es una posibilidad de
mejorar nuestra salud.
Recuerdo una
película, si no estoy equivocado hay varias tratando el mismo tema, en el que
una familia se va a vivir a una urbanización donde todo el mundo vive en total
armonía y corrección. Los estudiantes estudian, las amas de casa son amas de
casa, los que trabajan son trabajadores modélicos, los que tienen empresas son justos
con sus empleados, todos son perfectos vecinos, ……., “una sociedad perfecta”. Al final todo es debido a una manipulación
externa de su libertad.
Podremos inventar
y producir: “Pastillas que nos hagan
buenos; alimentos que no halla que quitarle la vida a animales y plantas para
sustentar las nuestras, pastillas de productos químicos que nos alimenten por
un mes o de por vida; una medicina que nos cure todas las enfermedades, todas
las dolencias; una pastilla o método que nos mantenga vivos hasta que deseemos
y siempre jóvenes; una sociedad en la que no se use el dinero; una sociedad en
la que todos seamos libres, porque no podremos desear hacer el mal”.
Una persona
de la familia de la película, deseaba marcharse de la urbanización, no sabía
por qué, pero sentía que algo no funcionaba bien en ella.
En todos estos
métodos de mejora de nuestra vida, lo único que no está presente es: nuestra voluntad, nuestro esfuerzo, nuestra
responsabilidad, nuestra libertad de elección para crear lo que somos. Conseguimos
muchas de nuestras metas, pero: ¿qué aprenderemos de ello, si lo hemos recibido
como regalo?; si estamos sanos porque no somatizamos nuestras vivencias, al ser modificadas por un medicamento, ¿Cómo
podrá nuestro cuerpo comunicarse con nosotros para que aprendamos de nuestras
equivocaciones?
Si una
pastilla nos impide el deseo y no nos permite pensar en el mal, convirtiéndonos
en seres humanos, ¿Qué sería la Humanidad?, ¿La pastilla?.
Si no aprendemos
a elegir los alimentos adecuados, alguien tendrá que dirigir nuestra vida y
nuestra actitud, porque la vida es de lo que se alimenta nuestro ser para
evolucionar.
Siendo eternamente
jóvenes a voluntad propia, delimitando la duración de esta eternidad, ¿Pensaremos
en los demás, o simplemente estaremos mientras nos sintamos bien?.
Surgen siempre
nuevos interrogantes, no sabemos cuál sería el futuro de una sociedad, en la
que no sería necesario, el esfuerzo, la entrega, la responsabilidad, ejercer la
libertad de elección, y tendríamos una vida que nunca nos habríamos ganado.
Ahora la
responsabilidad y la culpa de nuestras vicisitudes, las tienen las religiones y
los poderes. Permiten la corrupción, el envenenamiento de la biosfera, de la
atmósfera, de nuestras vidas, de nuestras almas, nos utilizan y esclavizan, y
nos crean todos los males.
En ello, no
hay que mirar, la medicina que nos curará el problema, buscando una nueva
religión, una política nueva llena de nuevos políticos, un mercado más justo,
un poder en el que convivamos con justicia, porque esa medicina es la que nos
impondrá un nuevo sistema, en el que nosotros el pueblo, los humanos, no habremos
hecho nuestro trabajo, nuestra función, nuestra responsabilidad.
No hay que crear medicinas, si no creamos
las enfermedades. No serán los responsables de nuestras vidas, si tomamos el control
y la responsabilidad de ella. No existirá el mal, si aprendemos a utilizarlo
para crear el bien.
Durante miles de millones de años, la
Vida ha utilizado todos los problemas, todos los conflictos Universales para
crearnos tal como somos, el que estemos significa, que ha triunfado la Vida
sobre los problemas creadores del mal.
El aprendiz de humano, está
introduciendo a tal velocidad los problemas, tiene tanta impaciencia por
resolverlos para crear nuevos problemas, que cree que la Vida no le está
ayudando. La Vida aprendió que no importa cuantos problemas soluciones, si los
creas siempre los tendrás, por eso la solución es no crearlos, pero lo que no
puede hacer es: “Quitarnos la libertad de hacerlo”.
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