Recuerdo una
película, en la que los padres hacen una vida de privaciones para poder pagar los
estudios y la universidad a su hijo. Pasados los años, el hijo es un empresario
de éxito, que se avergüenza de la ignorancia de sus padres, de su tipo de vida
y de que le vean con ellos.
Cuando mueren
recibe la herencia, sin mencionar, ni hablar de sus padres.
Lo he visto
en gente conocida, que tras tener éxito y dinero, se avergonzaron de presentarlos
a sus amigos o que los conocieran.
Están en
Europa, se arregló Barcelona, tienen grandes infraestructuras, se alegraron de
que se les quitara la industria a sus hermanos para dárselas a ellos, incluso
con el odiado e indigno dictador, que no era malo para chupar del bote, se les
ha dado dinero, subvenciones y ayudas para sus nefastos gobiernos, Más
preocupados del adoctrinamiento y el mínimo del 3%, que de arreglar con el
dinero que recibían de Europa, España y la comunidad española propia, Cataluña,
la vida de los ciudadanos, no son Puyas, es la dignidad de ese hijo que no le importaría: Recibir las ayudas y el
dinero de Europa, seguir siendo ciudadano de España mientras le sea rentable,
que le dejemos las industrias y las infraestructuras, que le sean perdonadas
las deudas por seguir siendo hijo de España, que se le siga comprando sus
productos antes que los producidos en otras partes de España, pero negar a
quien le ha dado los medios para conseguirlo.
Costó vidas,
dineros, perder parte de España, las otras veces que llorando vinieron a decir
que estaban arrepentidos de su ingratitud, que habían sido solo una parte los
que se habían querido ir, que por favor los perdonáramos, y les ayudáramos a
volver liberándolos de donde se habían metido.
Es una
realidad que el dinero, la verborrea, el saber o el poder no dan la dignidad. En
la privación, el servicio, en la ayuda, en el reconocimiento del sacrificio de
quienes te han permitido conseguirlo, en no negar a quien te ha dado lo que
eres, a veces la hay incluso en el silencio, en la ignorancia o en el seguir
viviendo con privaciones.
Cuando un
hijo de cuatro años, sale a la calle lanzando consignas, cuando en las aulas
los niños de guardería lanzan consignas, cuando la juventud solamente piensa
que son robados por sus padres, está habiendo adoctrinamiento.
Cuando los
medios de comunicación solamente hablan bien de una parte política y mal de las
demás, cuando se habla mal de cualquier vecino y bien de quien nos pastorea,
hay adoctrinamiento.
Incluso, unos padres independentistas
que adoctrinan a sus hijos, es reprobable. Que unos padres permitan que sus
hijos, desde la infancia, cuando no son capaces de discernir o crear un
criterio propio, sean adoctrinados, no es por falta de dignidad de los pastores
o políticos de turno.
Creamos el daño, para posteriormente
crear una comisión, asociación subvencionada, ONG, o la ONU para arreglarlo, es
una lástima que se esté extinguiendo una variedad de burros, porque el espacio
está siendo invadido por otra.
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